El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha abogado por seguir trabajando en aras de la «paz» dentro de la «nueva era» que arranca con la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca.
«Cuando Hungría hablaba de paz, estaba sola. Ahora, todo el mundo habla de ella», ha afirmado Orbán, en una entrevista radiofónica en la que ha celebrado las posiciones de Trump en relación al conflicto entre Ucrania y Rusia, ya que considera que el Gobierno húngaro no puede hacerlo «solo».
Orbán ha insistido en la necesidad de garantizar el suministro energético a Hungría. El gasoducto Turkstream, que pasa por Turquía, sigue siendo «el salvavidas de la economía húngara», en palabras de Orbán.
El primer ministro húngaro presume de sus buenas relaciones con Trump —figura entre los invitados a su investidura el próximo lunes— y no oculta sus malas relaciones con la Administración de Joe Biden—. «Si no hubiese habido fraude en las elecciones de 2020, algo que debería ser impensable en una democracia occidental, Trump habría seguido como presidente», ha agregado.
Y si Trump hubiese seguido en la Casa Blanca «hoy no habría guerra entre Ucrania y Rusia», ha sentenciado Orbán, que atisba una «era dorada» en las relaciones entre Washington y Budapest.