«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

May rectifica ante la amenaza yihadista: Policía y MI5 recibirán más poderes

La policía británica, preocupada por los ataques con ácido

El Gobierno quiere permitir que los espías y la policía adviertan a los departamentos gubernamentales, los jefes de ayuntamiento y las administraciones descentralizadas acerca de los sospechosos.


La Policía británica y el servicio de espionaje MI5 recibirán nuevos poderes para poder llevar a los sospechosos de terrorismo ante la Justicia, después de que los responsables de seguridad admitieran que necesitan «un cambio radical» para mantener a salvo a la ciudadanía.
Según publicó el diario «The Sunday Times», que ha tenido acceso al borrador de la nueva estrategia antiterrorista del Gobierno británico, el ministerio del Interior quiere que las autoridades puedan «intervenir e interrumpir» conspiraciones antes de que éstas se hayan materializado.
Este cambio en la política antiterrorista se centra en la prevención, motivado por los errores que en el pasado permitieron dejar libres a algunos de los terroristas que cometieron los atentados en Westminster, Manchester y el Puente de Londres del pasado año y que se cobraron un total de 35 vidas.
El Gobierno quiere permitir que los espías y la policía adviertan a los departamentos gubernamentales, los jefes de ayuntamiento y las administraciones descentralizadas acerca de los sospechosos en su radar antes de que sean considerados lo suficientemente peligrosos como para ser puestos bajo vigilancia por el MI5.
El diario adelantó que el borrador de la estrategia antiterrorista, de 120 páginas, tiene prevista su publicación en las próximas semanas y promete «un cambio radical» en las capacidades de «investigación interna» en el Reino Unido.
Entre las nuevas medidas que pretende introducir el Ejecutivo de la primera ministra británica, Theresa May, se encuentra la de introducir penas de prisión más largas para los condenados por delitos de terrorismo y un control más exhaustivo cuando salen de la cárcel.
Además, busca fortalecer la seguridad en los recintos deportivos y de conciertos, así como mejorar la detección de «actividades terroristas que involucren material químico, biológico, radiológico, nuclear y explosivo», después del ataque con un agente nervioso contra el exespía Serguéi Skripal y su hija Yulia que tuvo lugar el mes pasado en la localidad de Salisbury.
Asimismo, el Gobierno quiere que se reclute y capacite a más de 1.900 empleados adicionales en las agencias de seguridad y de inteligencia.

Semilleros islamistas

Generaciones completas de europeos han vivido bajo el paraguas de la UE. La creación del espacio comunitario ha sido siempre uno de los grandes logros esgrimidos desde Bruselas hasta que sus numerosas fallas se convirtieron en evidentes a ojos de lo opinión pública. El espacio Schengen, que elimina los controles en los pasos fronterizos, retiró una competencia clave del Estado y permitió la entrada de centenares de terroristas listos para atentar procedentes de Siria e Irak. La llegada de islamistas procedentes de Europa acrecentó un fenómeno que se lleva gestando durante años gracias a la connivencia de las autoridades: la creación de barrios donde los imanes radicales han tomado el poder, la sharia se ha ido implantando y las Fuerzas de Seguridad tienen restringida su entrada. París, Londres o Bruselas son algunos de los ejemplos más evidentes.
Los ciudadanos, que sí se posicionaron en contra de estas zonas y denunciaron lo que allí ocurría, ahora guardan silencio. No obstante, los terroristas de París y Bruselas habían residido y habían sido radicalizados en Molenbeek, el barrio islámico más famoso de Europa y en el que son los propios vecinos los que aseguran que están dispuestos a vivir bajo la sharia.
Los ataques en Reino Unido han sido perpetrados por terroristas procedentes de zonas deprimidas del país y barrios musulmanes donde los imanes radicales se han hecho con el control. Hace unos meses, el Servicio de Seguridad (MI5) ya se declaró “incapaz” de controlar a las decenas de células terroristas activas en el país, pero la amenaza ha ido en aumento. Según una información del periódico The Times, 23.000 islamistas han sido identificados por los servicios de inteligencia como posibles terroristas, pero sólo 3.000 son vigilados a diario.
Cabe recordar que los autores de las masacres en Londres y Manchester estaban en el primer fichero, pero los responsables del MI5 consideraron que no representaban suficiente amenaza. En el caso de Salman Abedi el despropósito fue aún mayor, pues las autoridades británicas conocían sus viajes a Siria para entrar en contacto con miembros del Estado Islámico.

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