Agentes de la Policía federal alemana han denunciado que los nuevos controles fronterizos terrestres no han tenido apenas incidencia en la lucha contra la inmigración ilegal y que los inmigrantes han logrado «evitar los puestos».
«Las detenciones de inmigrantes ilegales son bajas, mientras que el número de personas que solicitan protección y asilo sigue siendo alto», declaró Andreas Roßkopf, presidente del sindicato GdP de la policía federal.
Reiteran que faltan puestos de control, cámaras y más iluminación. «El otoño y el invierno están a la vuelta de la esquina y las autoridades deben estudiar la forma de crear condiciones de trabajo aceptables», agregan. En este sentido, los agentes afirman que se detiene a narcotraficantes y a otros delincuentes: «Continúan entrando inmigrantes».
Alemania comenzó a implementar el pasado 16 de septiembre los controles en todas sus fronteras terrestres para tratar ahora de reducir la llegada de inmigrantes y el riesgo de terrorismo islamista.
El país ya disponía de controles en las fronteras con Polonia, Austria, República Checa, Suiza y Francia, pero lo amplió a Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca. Las medidas estarán en vigor en principio durante seis meses, pero pueden prolongarse. El refuerzo de la vigilancia deriva de la la inseguridad creciente en el país por culpa de la inmigración y el debate político sobre la necesidad de endurecer la política migratoria.
