Populares y socialistas han respaldado este martes que a partir de 2030 se imponga el objetivo de cero emisiones a todos los edificios de nueva construcción, una exigencia que se impondrá al conjunto del parque inmobiliario en 2050.
Los eurodiputados han adoptado la revisión de la directiva comunitaria con 370 votos a favor, 199 en contra y 46 abstenciones. Este plan, que ya fue acordado por la Eurocámara y los Veintisiete en diciembre de 2023, pretende reducir el consumo de energía y las emisiones del sector de la construcción hasta hacerlo «climáticamente neutro» en 2050.
La directiva ecoideológica es uno de los pilares del Pacto Verde Europeo que tanto apoyan populares y socialistas. Uno de sus principales puntos es la obligación a empresas y familias a hacer costosas reformas en sus hogares para ser «ecosostenibles», lo que llevará a no hacer tales reformas para no asumir todo el «pack ambiental».
En el debate los eurodiputados socialistas españoles afirmaron que la directiva era «un acto de justicia climática, justicia social y democratización energética», y que «la crisis climática» es «una realidad». El Partido Popular Europeo, por su parte, no se distanció de la idea de los socialistas y el eurodiputado Seán Kelly manifestó que «los edificios deben depender al 100% de fuentes renovables».
Asimismo, desde el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) el eurodiputado Charlie Weimers se preguntó «qué intereses esconden estas propuestas» y asociaciones de propietarios de toda Europa ya están alertando del más que posible riesgo de que pierdan valor de mercado algunas propiedades, y de aumento drástico de los costes de calefacción, así como la amenaza de desalojos y demoliciones para quienes no cumplan.