Portugal (1,2%) y España (1,4%) lideran el ranking de países europeos con menor proporción de población vegetariana. Suecia y Finlandia, con 12%, son las naciones con mayor porcentaje, según un estudio de World Population Review.
Así, algunos restaurantes (sometidos a las imposiciones woke) han optado en los últimos años por variar sus cartas e introducir platos «aptos» para menos del 1,5% de los españoles.
Los médicos recuerdan que este tipo de dietas (vegetarianas y veganas) suponen un riesgo para la salud que se agrava, por ejemplo, en los bebés durante el embarazo. Un estudio sobre la salud de las embarazadas de países de renta alta en Reino Unido, Nueva Zelanda y Singapur reveló que el 90% carecía de las vitaminas
Las embarazadas vegetarianas no obtienen los nutrientes esenciales que ellas y sus bebés necesitan. La situación, afirman, probablemente empeorará en los próximos años.
«Es probable que la presión para reducir nuestra dependencia de la carne y los productos lácteos con el fin de lograr emisiones netas de carbono cero agote aún más a las mujeres embarazadas de nutrientes vitales, lo que podría tener efectos duraderos en los fetos», afirmó el catedrático de Epidemiología de la Universidad de Southampton Keith Godfrey.
«Nuestro estudio muestra que casi todas las mujeres que intentaban concebir tenían niveles insuficientes de una o más vitaminas, y esta cifra sólo va a empeorar a medida que el mundo avanza hacia dietas basadas en plantas», añadió.
El profesor adjunto de la Universidad Nacional de Singapur Shiao-Yng Chan subrayó que si se continúa avanzando hacia dietas con menos carne y productos lácteos, reduciendo la ingesta de micronutrientes esenciales para el desarrollo del niño, «las carencias vitamínicas seguirán aumentando».
