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EN LOS COLEGIOS SE HA IMPUESTO LA AUTOCENSURA

«Sucios franceses, sucios blancos», el insulto a una pareja en Niza, víctima del odio antifrancés en Francia

Agentes de la Policía francesa. Europa Press

«Sucios franceses de mierda, sucios blancos». Este fue el insulto que un grupo de adolescentes profirió el domingo 14 de mayo a una pareja en Niza (Alpes-Maritimes) —antes de agredirles—, un suceso que ha indignado a buena parte del país porque muestra el «odio antifrancés» que «ocultan» los grandes medios de comunicación.

El abogado de las víctimas insiste en el carácter «racista» de los insultos tras dejar el juez en libertad a los agresores —tres de ellos reincidentes—. El suceso muestra la inquina a Francia de buena parte de los extranjeros —muchos con nacionalidad francesas— amparados por determinadas influencias en la educación, donde se ha impuesto la autocensura en muchos profesores y el silencio. Un estudio de la Fundación Jean-Jaurès (del año 2021) subrayó que casi el 60% de los jóvenes musulmanes aseguró que la ley islámica «está por encima de las leyes del Estado».

Desde el Gobierno de Emmanuel Macron se impulsó el Foro para el Islam en Francia (FORIF), que se reunió el pasado mes de febrero, un órgano de diálogo directo entre los actores del ámbito del islam y las autoridades para «deshacerse de la influencia externa». «El islam no es la religión de los extranjeros en Francia, es la religión de algunos franceses, no debería depender del dinero o de las autoridades extranjeras», afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin.

La lucha frente al islamismo político, una exigencia de dirigentes como Marine Le Pen y que durante años fue ignorada por Macron, ha llevado al propio presidente a vanagloriarse de, por ejemplo, el cierre de más de 900 establecimientos en los que se imponía una versión del islam «incompatible con la República».

Es preciso señalar que el número de musulmanes practicantes entre los 18 y los 59 años en Francia superó en 2020 —y por primera vez en la historia— al de católicos practicantes. El catolicismo sigue siendo la primera religión en el país —con un 29% de la población—, pero un 10% es fiel al islam, según el informe Inmigrantes y descendientes de inmigrantes del Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos (INSEE).

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