Mientras en Estados Unidos se reconoce por decreto que sólo existen dos sexos y los vientos de la historia empiezan a soplar con fuerza contra la deletérea ideología de género, en Europa y, más específicamente, en Inglaterra sigue creciendo la plaga: el número de menores diagnosticados con «disforia de género» se ha multiplicado por 50 en la última década.
Un nuevo estudio publicado en Archives of Disease in Childhood ha llegado a tan alarmante conclusión tras examinar datos relacionados con niños y jóvenes de 18 años o menos que asistieron a consultorios médicos entre 2011 y 2021.
Los resultados, basados en datos de aproximadamente el 20% de los consultorios de medicina general, muestran que tanto las tasas de incidencia como la prevalencia de dichos diagnósticos aumentaron a lo largo de la década, informa The Guardian. La prevalencia aumentó de aproximadamente uno en 60.000 en 2011 a aproximadamente uno en 1.200 en 2021, un aumento de más de cincuenta veces.
Tim Doran, coautor del estudio, señala que la disforia de género es aún «muy poco común, pero obviamente es mucho, mucho, mucho más común de lo que solía ser hace 10 años». Los investigadores encontraron que tanto la incidencia como la prevalencia aumentaban con la edad de los niños.
El equipo también analizó la prevalencia de ansiedad, depresión y autolesiones en niños y jóvenes con disforia de género. Pero ningún fenómeno biológico crece de esta manera sino por contagio, y en este caso se trata de contagio social. La «responsabilidad» de unas autoridades en el crecimiento de lo que en muchos (la mayoría) de los casos parece ser una «moda», un recurso que encubre otros problemas y patologías subyacentes, es absoluta.
