Marruecos se consolidará como el principal proveedor de tomates para Europa en los próximos años, mientras las importaciones de esta hortaliza en la Unión Europea crecerán a un ritmo del 0,6% anual hasta 2035. En contraste, las exportaciones europeas de tomate experimentarán un descenso del 0,2% anual, según revela el informe «EU agricultural outlook 2024-2035» de la Comisión Europea.
El documento también anticipa cambios significativos en la producción europea de tomate durante la próxima década. Para el invierno, se espera una disminución en la producción total, aunque aumentará el cultivo de variedades más pequeñas, como los tomates cherry, debido a su creciente demanda en el mercado.
En cuanto al consumo de tomates frescos, las previsiones indican que este se mantendrá estable en los próximos años, con un consumo anual per cápita de 15,2 kilogramos. Esta estabilidad responde, en gran medida, al auge de variedades pequeñas y al crecimiento del tomate como snack saludable, una tendencia que gana popularidad en Europa.
Por otro lado, la producción de tomates destinados a la industria tendrá una evolución positiva, impulsada por la creciente demanda de alimentos procesados en el continente. El informe estima un crecimiento anual del 1,2% en este segmento, lo que llevará el consumo medio de tomate transformado a alcanzar los 23 kilogramos por persona al año en 2035.
Este aumento en la demanda de tomates procesados, junto con el impulso de las variedades pequeñas y frescas, refleja una transformación en los patrones de consumo y producción en la Unión Europea. Sin embargo, la dependencia de importaciones, especialmente de Marruecos, seguirá siendo un factor clave en el equilibrio del mercado europeo.