Una enfermera británica ha decidido plantar cara al adoctrinamiento ideológico que impera en el Servicio Nacional de Salud (NHS). Jennifer Melle, profesional con diez años de trayectoria, ha emprendido acciones legales contra su empleador tras haber sido sancionada por llamar «señor» a un delincuente convicto que, pese a haber sido encarcelado en una prisión masculina, exige ser tratado como mujer.
Los hechos ocurrieron en el hospital Epsom and St Helier, cuando el llamado Paciente X —un varón de 1,83 metros que acudió al centro por u problema urinario— escuchó a Melle hablar por teléfono sobre su caso clínico de manera objetiva y hacer referencia a un catéter. La reacción del preso fue agredir a la enfermera e insultarla de forma racista. A pesar de la agresión, la Sra. Melle se mantuvo firme en su postura: se dirigió al criminal por su nombre femenino, pero dejó claro que sus creencias cristianas le impedían referirse a él como mujer.
🧵(1) BREAKING: CHRISTIAN NURSE TAKES LEGAL ACTION AFTER BEING INVESTIGATED BY NHS FOR CALLING 6FT TRANSGENDER PAEDOPHILE 'Mr'
— Christian Concern (@CConcern) March 23, 2025
The convicted paedophile, ‘Mr X’, is in a high security male prison after multiple convictions for luring boys into sex acts while pretending to be a… pic.twitter.com/oKwGmsQMHh
«Lo siento, no puedo referirme a usted como ‘ella’, ya que va en contra de mi fe y mis valores cristianos, pero puedo llamarlo por su nombre», le respondió. A cambio, recibió amenazas físicas y una denuncia formal.
La inmediata reacción del hospital fue sancionar a la enfermera. Se le impuso una advertencia por escrito, fue remitida al Consejo de Enfermería y Partería y se le asignaron funciones restringidas que le impidieron cobrar horas extra. La acusación: «No respetar la identidad preferida del paciente». Su empleador concluyó que sus acciones podrían «ser vistas como una posible violación» del Código de Conducta del NMC.
En respuesta, Melle ha presentado una demanda con el respaldo del Centro Legal Cristiano. Su directora ejecutiva, Andrea Williams, ha sido tajante: «El NHS está tan sometido a la ideología trans que prefiere proteger a un pedófilo agresivo y racista antes que a una enfermera cristiana«.
La polémica se enmarca en un contexto cada vez más preocupante en el Reino Unido. El propio NHS ha reconocido que, al priorizar los «géneros preferidos» sobre el sexo biológico, ha dejado de contactar a pacientes para revisiones médicas esenciales, como las pruebas de cáncer de cuello uterino o de próstata.