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Veinte años de cárcel para Salah Abdeslam por los tiroteos de Bruselas

La defensa de Abdeslam y Ayari señaló que solo Belkaïd disparó a los policías, mientras que el tribunal indicó hoy que al menos otro más abrió fuego con un segundo fusil.


El yihadista Salah Abdeslam, el único terrorista superviviente de los atentados de 2015 en París, ha sido condenado hoy por el tribunal correccional de Bruselas a veinte años de prisión por un tiroteo ocurrido en marzo, Salah Abdeslam de 2016 en la capital belga con la policía local.
La misma pena y 12.000 euros de multa ha recaído sobre su cómplice Sofien Ayari, quien como Abdeslam tampoco acudió hoy a la lectura de sentencia y que fue también considerada culpable de tentativa de asesinato «de carácter terrorista».
El abogado de Abdeslam, Sven Mary, mostró al final del juicio su rechazo al fallo y mostró su disposición a presentar apelación si esa fuera la voluntad del yihadista.
La letrada de los policías, Maryse Alié, mostró su «satisfacción» por una sentencia en la que dijo «se ha estimado que el hecho de que se abriera fuego contra los agentes con armas de guerra es un acto terrorista».
No ha aceptado, sin embargo, el tribunal la demanda como parte civil de la asociación de víctimas de los atentados del 22 de marzo en Bruselas V-Europe, que alegaban que fue ese tiroteo y la persecución a Abdeslam lo que precipitó los ataques en la ciudad a los pocos días.
En la sentencia dictada este lunes, los jueces consideraron que Abdeslam, Ayari y un tercer hombre, Mohamed Belkaïd, abatido en el suceso, actuaron contra la policía de forma «premeditada» y dispararon a los agentes con fusiles.
La defensa de Abdeslam y Ayari señaló que solo Belkaïd disparó a los policías, mientras que el tribunal indicó hoy que al menos otro más abrió fuego con un segundo fusil.
En el fallo se considera probado que Abdeslam y sus cómplices estaban realizando «movimientos terroristas» cuando fueron localizados por los agentes en un apartamento de la calle Dries del barrio bruselense de Forest y prepararon una «estrategia» para atacar a los policías y huir.
Asimismo, se apunta que la policía anunció su presencia en varias ocasiones antes del tiroteo, un tiempo que los terroristas habrían «utilizado para recargar sus armas».
El tiroteo contra la policía por el que se ha juzgado a Abdeslam desde el 8 de febrero ocurrió tres días antes de su captura, en marzo de 2016, que puso fin a cuatro meses de fuga del hombre más buscado de Europa.
Abdeslam tan solo estuvo en Bruselas al inicio del juicio, para el que se le trasladó desde el penal francés de Fleury-Mérogis, en el sur de París, en el que está recluido con fuertes medidas de seguridad.
Salah Abdeslam, cuyo hermano Ibrahim fue uno de los terroristas suicidas de París, huyó aquella noche de la capital francesa y logró llegar a Bruselas, donde escapó de las fuerzas de seguridad durante más de cien días.
Cuatro días después de su captura en el barrio bruselense de Molenbeek-Saint-Jean, otros tres integrantes de ese mismo grupúsculo del Estado Islámico vinculado a Bruselas atentaron contra el aeropuerto y la red de metro de la capital belga, y asesinaron a 32 personas y causaron lesiones a otras 340.
De nacionalidad francesa y origen marroquí, pero criado en Bélgica, se considera a Abdeslam uno de los terroristas que mataron a 130 personas en París el 13 de noviembre de 2015 y se cree que tuvo un papel significativo en la logística de los peores atentados en suelo francés desde la Segunda Guerra Mundial.
Fue el único de la célula islamista que aquella noche no activó su chaleco explosivo, supuestamente porque no funcionó, y que tampoco fue abatido durante los mismos ataques o cinco días después en la cercana localidad de Saint-Denis, donde la policía terminó con la vida del presunto coordinador de los atentados, el belga-marroquí Abdelhamid Abaaoud, y de dos de sus colaboradores.
El proceso en Bélgica se celebró a puerta cerrada y, más allá de las partes implicadas, solo se permitió el acceso a cinco dibujantes de prensa.
Los cerca de 350 periodistas acreditados para el juicio lo han seguido en otra sala a través de una pantalla, aunque no se ha permitido difundir las imágenes.

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