«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
El objetivo es acabar con la soberanía de las naciones

Von der Leyen diseña una Comisión Europea más centralizadora para avanzar en la imposición de la agenda globalista

Candidatos a comisarios europeos. La Gaceta

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha diseñado una institución que refleja su proyecto centralizador en detrimento de la soberanía de los Estados miembros.

Ha seleccionado figuras que aseguran su control absoluto, muchas de ellas envueltas en escándalos o sin la experiencia necesaria. El objetivo es avanzar en la agenda globalista y una Europa más burocratizada en al que todas las decisiones se tomen lejos de las naciones,

El lituano Andrius Kubilius, designado como candidato a comisario de Defensa y Espacio, representa una amenaza directa a la soberanía nacional en materia de Defensa. EL Ex primer ministro ha propuesto que la Comisión Europea compre y almacene armamento para los Estados miembros, un movimiento que otorgaría a Bruselas un control sin precedentes sobre las capacidades militares de cada país. Aunque Kubilius afirma apoyar a la OTAN, su propuesta despoja a los países de su derecho a decidir sobre su propio arsenal, centralizando aún más el poder en la burocracia comunitaria. Esta medida, sumada a su apoyo a la eliminación del veto en el Consejo de la UE, demuestra su afán por imponer un mando militar europeo bajo el control de Von der Leyen.

Apostolos Tzitzikostas, el candidato a comisario de Transporte Sostenible y Turismo, es otro perfil que suscita preocupación por su inmenso patrimonio inmobiliario en Grecia y las sospechas de posibles conflictos de interés en su manejo de fondos europeos destinados a turismo y transporte.

En la cartera de Agricultura y Alimentación, el luxemburgués Christophe Hansen ha sido un defensor a ultranza de acuerdos comerciales como el CETA y Mercosur, lo que ha generado malestar entre los agricultores europeos. Estos acuerdos amenazan con inundar el mercado comunitario con productos extracomunitarios de baja calidad y sin los mismos estándares de los europeos, poniendo en riesgo a los pequeños productores.

Costas Kadis, designado candidato a comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, tampoco está exento de polémica. Durante su mandato en Chipre, ha priorizado la expansión de infraestructuras turísticas en áreas costeras protegidas. Por su parte, Dan Jørgensen, comisario de Energía y Vivienda, es un ferviente opositor de la energía nuclear. Su alineación con la Agenda 2030 han llevado a Dinamarca a imponer medidas extremas de descarbonización como el cierre de la industria petrolera para 2050, decisiones que ahora busca replicar en toda Europa.

La croata Dubravka Šuica, quien asumirá la cartera del Mediterráneo, arrastra graves acusaciones de corrupción y enriquecimiento ilícito. Su nombramiento para esta nueva cartera, especialmente sensible en cuestiones de inmigración y fronteras, sugiere la continuidad con las políticas de puertas abiertas que Bruselas ha promovido durante el mandato de Von der Leyen.

Ekaterina Zaharieva, ex viceprimera ministra búlgara y ahora propuesta para la cartera de Innovación y Startups, llega también con un pesado lastre: está vinculada a un escándalo de venta de pasaportes búlgaros a cambio de dinero. Esta falta de integridad, junto con su inexperiencia en el sector de innovación, la convierten en una candidata extremadamente débil para un área clave en la competitividad tecnológica europea.

En la cartera de Juventud, Cultura y Deporte, el maltés Glenn Micallef es el candidato a comisario más joven del equipo, pero también el más inexperto. Su única experiencia significativa ha sido como organizador de campañas electorales para el primer ministro socialista de Malta, Robert Abela. Su nombramiento parece más un favor político que una decisión basada en méritos o competencia, lo que refuerza la idea de una Comisión construida para satisfacer a sus valedores, no para servir a los intereses de Europa.

Hadja Lahbib, periodista belga y ahora candidata a comisaria de Preparación y Gestión de Crisis e Igualdad, ha sido una figura controvertida en su país debido a su viaje a Crimea con un visado ruso y su implicación en la concesión de visados a una delegación iraní vinculada al régimen de los ayatolás. Es favorable a las políticas globalistas, especialmente en matera de inmigración.

Henna Maria Virkkunen, a cargo de Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia, es una de las artífices de la controvertida Ley de Servicios Digitales, criticada por su potencial para fomentar la censura en redes sociales. Su intervencionismo en materia digital hacen temer un refuerzo del control burocrático sobre la libertad de expresión en Europa.

Jessika Roswall, candidata a comisaria de Medio Ambiente, defiende políticas laxas en cuanto a la regulación de químicos peligrosos, como los PFAS, lo que suscita preocupaciones sobre la salud pública y la protección ambiental en Europa.

Wopke Hoekstra, candidato a encargado de Clima, Cero Emisiones Netas y Crecimiento Limpio, ha sido vinculado a los Pandora Papers por haber invertido en paraísos fiscales. Su pasado en la industria del petróleo y sus maniobras financieras le convierten en un perfil muy controvertido en una cartera que amenaza con imponer más restricciones al sector primario y al industrial.

Finalmente, Marta Kos, candidata a comisaria de Ampliación, ha sido acusada de tener vínculos con la policía secreta yugoslava y de trabajar para multinacionales como Amazon y Google. Su elección levanta serias preocupaciones por la dirección que tomará la UE en su proceso de ampliación, especialmente en relación con los Balcanes y los países del Este.

A esta lista se suma la vicepresidenta y candidata a comisaria de Competencia Teresa Ribera, que en el Gobierno de España ha mostrado su ineficacia en la gestión, por ejemplo, de los fondos europeos.

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