Cuando aún no era presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y sus seguidores participaron en campañas en las que rechazaban la militarización del país. Lo hicieron al menos desde 2011. De hecho, durante lustros, el líder socialista aseguraba que la inseguridad del país no podría solucionarse poniendo a los militares en las calles haciendo funciones de policías.
Evaluaba que las reuniones del gabinete de seguridad de los gobiernos en turno no tenían sentido y que, en lugar de entablar diálogos, los titulares de diversas secretarias, como de la Defensa Nacional, de la Marina, de Seguridad Pública, de Gobernación y de la Fiscalía, era preferible que se reuniesen los titulares de desarrollo social, económico, de salud, etc., para combatir la pobreza.
No podemos nosotros aceptar un gobierno militarista: @lopezobrador_ pic.twitter.com/TQFmOIZHVH
— Avi 🦆 (@avieu) August 8, 2022
Pero hoy AMLO lleva ya en la presidencia de México tres años y medio, y no hay pretextos que valgan. Ahora ha anunciado que por decreto pondrá a la Guardia Nacional bajo las órdenes del Ejército -de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA)-.
Las protestas no se han hecho esperar luego de tal anuncio en la conferencia de prensa de las mañanas (esa versión del “Aló presidente” chavista) del lunes 8 de agosto de 2022.
Para la oposición esto es un acto grave, inconstitucional, que incluso podría bien ser un preludio a su reelección -por decreto también-, en 2024. Quien no respeta las leyes y la Constitución una vez, no la respeta nunca.
Jesús Zambrano, el líder nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), tuiteó esto: “Decretar el paso de la Guardia Nacional a la SEDENA sin modificar la Constitución huele a golpe de Estado y es un vil atraco a la propia Constitución. Así podría decidir que puede reelegirse en el 2024. Militarista sin escrúpulos”, calificó a AMLO.
Y añadió en otro posteo: “Es vil militarismo el decreto para que la Guardia Nacional dependa de la SEDENA. @lopezobrador_ te estás convirtiendo en un dictador que pisotea la Constitución. ¿Quieres sentar el precedente para que decretes la desaparición del INE y controles las elecciones? ¡Eso NO pasará!!”.
AMLO anunció su medida así: “Por acuerdo de la Presidencia, pasa la seguridad —que tiene que ver con la Guardia Nacional— a la Secretaría de la Defensa Nacional. Ya la cuestión operativa está a cargo de la Sedena, pero voy a emitir un acuerdo para que, ya por completo, la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa y esperamos nada más el resultado de la reforma”.
Y a esto sumó: “Va una iniciativa para la reforma constitucional, pero vamos a buscar la forma de que lo podamos hacer en lo administrativo. Por si no pasa, de todas maneras, va a quedar así. Lo que quiero es que quede establecido constitucionalmente para que no le den marcha atrás”, explicó.
Dicho de otra manera, si sus operadores legislativos no fueran capaces de hacer las cosas que él les ordena a través de una reforma que cuente con los votos suficientes, entonces, como sea, va a poner a la Guardia Nacional en manos de la SEDENA, por una “vía administrativa”, es decir, por decreto, al que con eufemismo llama “acuerdo”.
“Si no violo la Constitución —que no lo voy a hacer nunca—, no hay ningún problema, pero tengo que utilizar los márgenes legales que tenemos para avanzar. (…) Tengo que entregar buenas cuentas al pueblo y tengo un bloque opositor que no ayuda en nada, (…) todo lo que beneficia al pueblo, lo rechazan”, dijo AMLO.
Subrayó también que la Guardia Nacional cuenta ya con 110 mil efectivos, “todos formados, capacitados, distribuidos en el territorio. Hay estados de la República en donde son más los elementos de la Guardia Nacional que están cuidando al pueblo que los policías estatales y municipales”, dijo el presidente socialista.
AMLO ya había militarizado antes puertos, aduanas y algunos aeropuertos, además de asignar al Ejército muchas actividades que no están permitidas por la Constitución, como administrar empresas. Todo un esquema, se diría, apegado a un guion chavista. Al mismo que condujo a Venezuela al derrumbe institucional en el que se haya hoy sumergida.
