El presidente electo de Venezuela, Edmundo González, ha enviado su primer mensaje desde el exilio en su llegada a Madrid en el que denuncia que su salida de Caracas «estuvo rodeada de presiones, coacciones y amenazas».
«Mi salida de Caracas estuvo rodeada de episodios de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida. Confío en que próximamente continuaremos la lucha por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela», ha expresado a través de un audio de WhatsApp que su coalición, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), ha difundido a los medios de comunicación.
El avión de las Fuerzas Aéreas Españolas que trasladaba a España al opositor venezolano aterrizó en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) pasadas las 16h, hora local (14 GMT).
González, viajó acompañado por su esposa y por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Goblales, Diego Martínez Belío, y fue recibido por la secretaría de Estado para Iberoamérica y el Español en el Mundo, Susana Sumelzo, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores.
«A partir de ahora, comenzarán los trámites para la petición del asilo, cuya resolución será favorable en aras del compromiso de España con los derechos políticos y la integridad física de todos los venezolanos y venezolanas, especialmente de los líderes políticos», informó el citado departamento.
Momentos antes de llegada a la capital española, la líder opositora María Corina Machado se refirió al exilio de González Urrutia, y recordó que la dictadura de Maduro ha desatado «una brutal ola de represión» desde el 28 de julio, cuando el chavismo cometió un nuevo fraude electoral. Esa represión, indicó Machado, incluyó todo tipo de ataques contra González Urrutia «y su entorno».
«Su vida corría peligro, y las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo», ha señalado Machado.
Y agregó: «Ante esta brutal realidad, es necesario para nuestra causa preservar su libertad, su integridad y su vida. Esta operación del régimen y sus aliados, es una evidencia más de su carácter criminal, que los deslegitima y hunde, cada día más. Pero, una vez más, se equivocaron. Su intento de golpe de estado a la soberanía popular no se va a concretar».
La justicia chavista había ordenado la detención del presidente electo a petición de la Fiscalía —también alineada con el régimen—, que lo investigaba por la publicación de unas actas de votación en internet que le daban la victoria en las elecciones presidenciales de julio, en tanto que el resultado oficial otorgó el triunfo a Maduro sin presentar ninguna prueba.