«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Administración Biden apuesta al 'diálogo' con la tiranía venezolana

EEUU saca a un sobrino de Maduro del listado de sancionados por el Departamento del Tesoro

El tirano de Venezuela, Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores. Reuters

El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha informado el viernes que Carlos Erik Malpica-Flores, sobrino de la esposa de Nicolás Maduro, Cilia Flores, ha sido eliminado de las listas de personalidades sancionadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).

La noticia surge luego de que haya transcurrido cerca de un mes desde que la agencia de noticias norteamericana The Associated Press (AP), revelara que sectores de la oposición venezolana proclives a la política de diálogo y negociaciones con la tiranía, a través de emisarios, habrían conversado con la Administración de Joe Biden para explorar la posibilidad de que fuesen desescaladas algunas sanciones dirigidas al régimen chavista.

En su momento la información fue desmentida por los propios dirigentes de la llamada Plataforma Unitaria venezolana, una organización que agrupa a formaciones políticas e individualidades que promueven actualmente las negociaciones con el chavismo en México como el principal mecanismo para destrancar la crisis política que afronta el país sudamericano.

Sin embargo, hasta ahora dichas conversaciones se encuentran -al menos desde el punto de vista formal- suspendidas; entre otras cosas porque el chavismo ha pedido que se incorpore a las mismas a Álex Saab en calidad de representante de los intereses del régimen. Saab es un testaferro de origen colombiano del régimen de Maduro que hoy afronta un proceso judicial en una corte de los EEUU por presumirse que ha cumplido un rol fundamental ayudando al tirano venezolano en la elusión de sanciones económicas.

Aunque, como se ha apuntado, este sector de la oposición ha sido enfático en desmentir públicamente que estén cabildeando el rebajamiento de sanciones a Maduro en los círculos de poder en Washington, el representante principal de la Plataforma Unitaria en la iniciativa de México, Gerardo Blyde, ha tuiteado el viernes un mensaje que parece asomar lo contrario.

“La Delegación de la Plataforma Unitaria ha trabajado muy de cerca con los Estados Unidos en acciones específicas que tienen como finalidad la reactivación del proceso de negociación conforme al Memorando de Entendimiento firmado en Ciudad de México, en busca de soluciones a la grave crisis que afecta al pueblo venezolano”, escribió el abogado venezolano.

Todo esto aparece en un contexto en el que, a principios de semana, la Administración Biden, por boca del asesor principal del Gobierno de los EEUU para América Latina, Juan González, dejó en claro que estaba “totalmente dispuesta” a explorar el camino del levantamiento de sanciones a Nicolás Maduro; siempre y cuando éste emprendiese “pasos concretos” para retomar las conversaciones con la Plataforma Unitaria en México, suspendidas desde finales del año pasado.

«Nosotros estamos 100% en apoyo a un diálogo que sea liderado por los venezolanos, no uno donde Estados Unidos imponga condiciones. La política nuestra es clara, estamos totalmente dispuestos a levantar la presión de sanciones, pero en base a pasos concretos», precisó González.

En cuanto a Malpica-Flores, se trata aparentemente de uno de los personajes clave dentro del entorno de Maduro, al punto de catalogársele como el “sobrino favorito” de la pareja presidencial; condición privilegiada que le ha permitido manejar varios cargos en las altas esferas del poder chavista. En el pasado reciente fue tesorero nacional, vicepresidente de finanzas de la estatal petrolera Petróleos de Venezuela (PDVSA) y fungió también como director de administración en el ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela.

En 2017, durante la Administración de Donald Trump, Malpica-Flores fue puesto en el radar de las autoridades norteamericanas. En ese año debutó en las listas de la OFAC, señalado por estar inmerso en una trama de corrupción en PDVSA que involucró una pérdida de dinero cercana a los 11.000 millones de dólares entre el 2004 y 2014. Posteriormente el Gobierno de Panamá le incluyó en sus listas de sancionados por estar involucrado en blanqueo de capitales, financiamiento al terrorismo y financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva.

Lo cierto es que, con esta medida, el Gobierno de Joe Biden parece mostrar su disposición a reblandecer el enfoque de “línea dura” con respecto a la cúpula del régimen venezolano, con miras, supuestamente, a buscar sentarlo en una nueva mesa de diálogo en México.   

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