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Por violar leyes estadounidenses

El Departamento de Justicia de EEUU pide a Argentina confiscar el avión de Emtrasur

Avión de la aerolínea de carga venezolana Emtrasur. Twitter

La trama del avión venezolano-iraní de la aerolínea Emtrasur detenido en Argentina desde hace dos meses se complica aún más. El martes el Departamento de Justicia de los Estados Unidos solicitó a Argentina que confisque la aeronave, dadas sus presuntas implicaciones con el terrorismo internacional.

EEUU señala que se habría producido una violación a sus leyes de exportación cuando el Boeing 747 (de fabricación norteamericana) pasó de ser propiedad de la iraní Mahan Air a pertenecer a la venezolana Emtrasur, en un proceso que comenzó a finales del 2021 y que culminó en enero de este año.

Un comunicado del Departamento de Justicia estadounidense dice que el país «no tolerará transacciones que violen las leyes de exportación y las sanciones», siendo que tanto la propia Mahan Air como la empresa propietaria de Emtrasur, el Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), están actualmente sancionadas por los EEUU.

“En octubre de 2021, o alrededor de esa fecha, Mahan Air violó la Orden de Denegación Temporal y las leyes de control de exportaciones de Estados Unidos cuando transfirió la custodia y el control de la aeronave Boeing a Emtrasur sin la autorización del Gobierno estadounidense”, apunta el remitido oficial del órgano de justicia de los EEUU, según un reporte de Bloomberg.  

El comunicado insiste además en que Mahan Air es una aerolínea que sostiene vínculos con los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés), agrupación terrorista a la que además se ha afirmado insistentemente durante las últimas semanas que pertenece su piloto, el iraní Gholamreza Ghasemi.

Ghasemi habría visto reducidas las posibilidades de salir indemne de toda esta situación en el mismo momento en el que las autoridades locales encontraron en su teléfono celular material potencialmente comprometedor: desde fotografías de una plataforma para lanzar misiles guiados de fabricación soviética, pasando por otras en las que figura Qasem Soleimani (el excomandante de las fuerzas de élite de la IRGC), hasta unas en las que se observa a grupos del extremismo islámico decapitando personas o perpetrando atentados terroristas.

El lunes de esta misma semana la aeronave había vuelto a ser noticia en la prensa argentina debido a que el juez local Federico Villena decidió mantener bajo investigación al propio Ghasemi, junto a los también iraníes Abdolbaset Mohammadi, Mohammad Khosraviaragh y Saeid Vali Zadeh. Adicionalmente seguirán bajo escrutinio de la Justicia argentina los venezolanos Víctor Pérez Gómez, Mario Arraga Urdaneta y José García Contreras, quienes también se encontraban en el Boeing en el momento de su detención. Ninguno de estos siete tripulantes del vuelo de Emtrasur podrá dejar el país sudamericano hasta tanto no se culmine la investigación del caso.

El caso se ha caracterizado adicionalmente por la parquedad en las declaraciones de una de las principales partes afectadas: el régimen venezolano, de quien es propiedad la aerolínea de carga. A medida que pasan las semanas la historia del avión venezolano-iraní, que ya cumple más de dos meses varado en el aeropuerto de Ezeiza, parece complicarse a un punto en el que efectivamente tocará dilucidar si la aeronave es una muestras más de los vínculos que han surgido en la región entre la izquierda y el régimen terrorista de los ayatolás iraníes.

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