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FORTALECIMIENTO DEL NARCOTRÁFICO

El incremento del cultivo de hoja de coca enciende las alarmas en Perú

Sembradío de hoja de coca en Perú. Europa Press

El incremento de hectáreas dedicadas al cultivo de hoja de coca, el principal insumo para la fabricación de cocaína, ha encendido las alarmas en el Perú, cuyo Gobierno liderado por el comunista Pedro Castillo mantiene un discurso ambivalente respecto a la lucha contra las drogas.

Y es que, de acuerdo con el último reporte de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), la superficie con cultivos de hoja de coca sembrados en el país andino se incrementó un 30,6 % en 2021 y registró una escalada del 266 % en la región de Ucayali, ubicada en la selva amazónica -aislada de la supervisión estatal-, que se consolidó como un nuevo foco.

En un comunicado, el organismo adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) detalló que, mientras que en 2020 la superficie de cultivos de coca fue monitoreada en 14 zonas del país, en 2021 se amplió a 19 áreas.

De esta manera, de las 18.904 nuevas hectáreas reportadas el año pasado respecto a 2020, 14.281 fueron de aumento de cultivos y 4.531 de nuevas zonas bajo monitoreo.

Además, Devida también alertó que la situación «es crítica en territorios de pueblos indígenas», donde se reportaron 15.380 hectáreas, de las que 11.102 corresponden a comunidades nativas (71 % más que en 2020) y 4.278 a comunidades campesinas (+22 %).

El Gobierno comunista frena erradicaciones de hoja de coca

Estos datos se dieron a conocer luego de que el Ministerio del Interior (Mininter) anunciara la suspensión temporal de la erradicación de sembríos de hoja de coca en las cuencas correspondientes a la jurisdicción de la Federación de Productores Agropecuarios del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (Vraem), una zona tomada por el narcotráfico y donde opera el grupo terrorista Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP), una escisión del sanguinario Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL).

El Mininter detalló en un comunicado que esta decisión fue tomada tras el anuncio de un paro de 48 horas por parte de los cocaleros de esta agrupación, que demanda al Estado el retiro de Devida en su territorio.

«El Ministerio del Interior viene trabajando para la conformación de una mesa de diálogo que permita llegar a consensos con los agricultores de dichas localidades, la cual se formalizará en los próximos días».

‘Pantomima del Gobierno’

En declaraciones a Perú 21, el exministro del Interior Rubén Vargas indicó que la paralización de la erradicación de hoja de coca en el Vraem no es otra cosa que “una pantomima que han hecho (desde el Gobierno) solo para decir a la comunidad internacional que ellos querían erradicar en el Vraem, pero la ‘convulsión’ social les ha impedido continuar”.

“Hay que decirlo con absoluta claridad: hay una doble agenda en cuanto al narcotráfico y la coca ilegal en este Gobierno. Por un lado, pretenden decir que están erradicando, pero lo hacen en zonas sin mayor importancia y, en aquellas en donde sí se tiene que tener una posición firme, hay un acuerdo político”, dijo.

El extitular del Interior advirtió este viernes en que las 80 mil hectáreas de cultivos de hoja de coca significan más de mil toneladas de producción potencial de cocaína. “Eso nos conduce a un escenario de drogas y narcotráfico similar a la década de los 90; es decir, al peor momento en la historia negra del narcotráfico”, agregó.

Por su parte, el analista en seguridad integral y gestión de riesgos, Pedro Yaranga, apuntó al informe de Devida como la muestra del “total abandono” de parte del Estado en su lucha contra el narcotráfico

“Pasó de 61,777 has en el 2020, a 80,681 has en el 2021. Ejemplo, solo en el Vraem, pasó de 27 mil has a más de 32 mil has en el 2021. Es una muestra del total abandono de la lucha contra el narcotráfico en el último quinquenio”, aseveró.

Industrializar la hoja de coca

Cabe recordar que Pedro Castillo se comprometió a “industrializar la hoja de coca” en un discurso pronunciado durante la inauguración del Cite Industrial (Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica) en la localidad de Pichari, provincia del Cuzco, ubicada en el Vraem.

Castillo planteó en esa oportunidad la industrialización de los productores de hoja de coca, así como cambios en la Empresa Nacional de la Coca (Enaco) -única empresa estatal que tiene el monopolio legítimo en la comercialización de la hoja de coca y sus derivados- y Devida.

“El proyecto también tendrá luz verde, no solo ante el Congreso, sino desde el despacho, para que la hoja de coca no solo se industrialice, sino que se impulse el verdadero desarrollo con los compañeros cocaleros. Las cosas que hay que corregirlas, con Enaco y con Devida, tenemos que corregirlas”, anotó en esa oportunidad.

Complicidad con el narcotráfico

Para el coronel (r) Juan Carlos Liendo, exjefe del Servicio de Inteligencia del Ejército del Perú (SIE), la promesa de Castillo de industrializar la hoja de coca es un mensaje para los productores de clorhidrato de cocaína de que en el Perú se liberaliza y promueve esta materia prima.

“No tenemos ningún ejemplo de industrialización en las zonas donde se cultiva hoja de coca que no sea aquella que se convierte en pasta básica de cocaína o clorhidrato de cocaína. La única deducción lógica que puede darse de una posible industrialización de la hoja de coca es que sirva para el negocio de la droga. El anuncio de Castillo de industrialización de la hoja de coca es un mensaje para los productores de clorhidrato de cocaína, para los traficantes y para el crimen internacional organizado. Les están diciendo que aquí se detiene la erradicación de hoja de coca, se abre el mercado y se promueve la industrialización, que no es otra cosa que la transformación de esta materia prima a clorhidrato de cocaína. Ese es el único mensaje que se puede entender, lo demás es una narrativa emocional, sin sentido”, advierte.

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