«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
TRAS NUMEROSOS ATAQUES A LA EMPRESA ESPAÑOLA

El Gobierno de AMLO compra 13 plantas de energía eléctrica a Iberdrola: «Es una nacionalización»

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO)
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Reuters

El presidente socialista de México, Andrés Manuel López Obrador, se presenta como un nuevo Lázaro Cárdenas, es decir, como aquel presidente marxista que en 1938 en México «nacionalizó» el petróleo, sólo que ahora se trató de plantas de energía eléctrica que le ha comprado a la empresa española Iberdrola, misma de la que habló pestes durante años, y acusó de corrupta, abusiva y orquestadora de campañas en su contra.

Se trata de una operación con un costo para todos los mexicanos, de 6.000 millones de dólares, por 13 centrales eléctricas. Con el dinero de los impuestos este ostentador de supremacismo indigenista se dio el gustazo de escenificar lo que en su mente sería una venganza de la «resistencia indigenista» ante supuestos despojos de los hispanos.

Cabe recordar que AMLO usó al «dios» Quetzalcóatl como emblema de su Gobierno durante largo tiempo en 2021, para ponerse del lado de los aztecas en la conmemoración de la Conquista, a la que el llama «invasión», siendo que es un nieto de español nacido en Cantabria.

Iberdrola llevaba en México cerca de 40 años, en los que trabajó sin mayores contratiempos en diversos gobiernos, hasta que llegó el gran Tlatoani posmoderno –admirador de Fidel Castro y de Hugo Chávez– a salvar a la Patria de empresas españolas tan maléficas y a los que tanto atacó.

El 18 de julio de 2022, AMLO aseguró que ya se estaba investigando a un juez que otorgó una suspensión a esta empresa para evitar que pagara una multa por 9.145 millones de pesos que le impuso el 27 de mayo por la Comisión Reguladora de Energía (CRE)».

En este caso, la sanción impuesta para Iberdrola Energía Monterrey S.A. de C.V, fue causada porque desde su planta de autoabasto se vendió energía eléctrica a sus socios que no tenían licencias.

Además, el supremacismo indigenista de AMLO mostró su peor rostro, el abiertamente anti-español, cuando el 10 de febrero de 2022 López Obrador señaló que constructoras y bancos españoles estaban saqueando al país buscando su propio beneficio económico, bajo el cobijo de gobiernos previos. Ante esto, decidió sin consultar a nadie, tampoco al “pueblo” que siempre menciona tanto, poner una pausa en la relación con España.

De paso acusó al «poder político» español, sin mencionar por su nombre a Pedro Sánchez, de estar detrás de empresas españolas de las que no tiene muy buena opinión, como Iberdrola, pero también OHL y Repsol. Incluso el mexicano que fundó Morena, partido afiliado al Foro de Sao Paulo, dijo que tales compañías deberían pedir perdón.

En junio de 2020, AMLO apuntó directamente a Iberdrola, atribuyéndole la autoría intelectual de ataques en su contra, en una campaña para desprestigarla, pero de forma encubierta.

Según AMLO, quien como buen socialista rechaza la libertad económica, con la compra de las plantas a Iberdrola «crece el patrimonio y la autosuficiencia energética» de México. A él, expresiones como «monopolio del Estado», o más bien del Gobierno, no le causan escozor alguno, sino que son motivo de fiesta. En sus redes sociales posteó: «Es una nueva nacionalización (…). Con esto resolvemos para el corto y mediano plazo el consumo de energía eléctrica que requiere el país en pleno crecimiento y lo más importante de todo: de esta forma garantizamos que no aumenten los precios de la energía eléctrica a los consumidores».

Habría que tener dudas muy razonables, porque en campaña a la presidencia en 2018 también se dijo que la gasolina estaría a 10 pesos, pero hoy está entre 21 y 23 pesos por litro.

Por alguna razón, el presidente ejecutivo de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, se veía muy contento cuando se reunió el pasado 4 de abril con AMLO en Palacio Nacional. Quizá porque se quitó el peso de encima de estar lidiando con una administración que va por el camino de Chávez y Maduro.

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