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ANTE GRUPOS DEL NARCOTRÁFICO

EEUU y la Compañía de Jesús afirman que López Obrador ha perdido el control del territorio mexicano

Un soldado del Ejército de México. Europa Press

Este miércoles 22 de marzo fue hallado el cuerpo sin vida de José Noriel Portillo Gil, alias “el Chueco”, en el municipio de Choix, Sinaloa, estado del noroeste de México, de acuerdo con la Fiscalía de Chihuahua. A esa persona se atribuyen los asesinatos de dos sacerdotes jesuítas, Joaquín Mora y Javier Campos, y la de un guía de turistas, el pasado 20 de junio de 2022 en la sierra tarahumara de Chihuahua.

A este respecto, la Compañía de Jesús en México, emitió un comunicado en el que se expresa:

“En espera de la confirmación de la identidad (de El Chueco), desde ahora señalamos que, si se verifica que se trata de la persona implicada en el homicidio de los padres jesuitas, su aparición sin vida de ninguna manera puede considerarse como un triunfo de la justicia ni como una solución al problema estructural de violencia en la sierra Tarahumara. Por el contrario, la ausencia de un proceso legal conforme a derecho con relación a los homicidios implicaría un fracaso del Estado mexicano frente a sus deberes básicos y confirmaría que en la región las autoridades no detentan el control territorial”.

Dicho de otra manera, en México el crimen organizado -al que presumiblemente pertenecía El Chueco y que sería también el que lo habría ejecutado- trabaja con sus propios códigos de conducta y, sobre todo, mucho más rápido que el Gobierno de México, que aseguraba estar buscando a este sujeto para ponerlo delante de un juez.

Pero el crimen se le adelantó a la “justicia” mexicana y en algo lo habrían de encontrar culpable, por lo que se ordenaría su asesinato.

Este desenlace, señalaron también los jesuitas, “no es el que esperábamos ni es por el que trabajamos. Por ello, redoblamos nuestro llamado a que se cumplan a cabalidad las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instaladas apenas la semana pasada, para construir condiciones de seguridad de la región”.

Y añadieron: “Los jesuitas nunca hemos callado ni callaremos ante la violencia y la deshumanización. Seguiremos en la Tarahumara y en otras regiones de México, trabajando para que haya paz, justicia, derechos humanos y reconstrucción del tejido social”.

En la parte más seria y preocupante de su comunicado, los religiosos coinciden con las apreciaciones bien fundamentadas del Departamento de Estado de los Estados Unidos: en México hay regiones en las que el Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador ya no gobierna, porque ahí el control lo tiene el crimen organizado, léase los cárteles del narcotráfico.

Estados Unidos alerta sobre el auge de los cárteles

Este mismo miércoles 22, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, durante su comparecencia en el Senado, aseguró que los cárteles del narcotráfico tienen el control de diversas partes del territorio de México y que los ciudadanos mexicanos son las principales víctimas de la inseguridad que generan.

Durante una audiencia en el Senado estadounidense, Lindsey Graham –del Partido Republicano por el estado de Carolina del Sur–, inquirió a Blinken si las organizaciones del narcotráfico controlan zonas de México. A esto, Blinken respondió afirmativamente.

“¿Los cárteles de la droga controlan partes de México y no el Gobierno?”, preguntó Graham a Blinken.

“Pienso que es justo decir que sí”, contestó el secretario Blinken ante el Subcomité de Gastos Internacionales del Senado.

También Blinken, entre otros funcionarios, ha insistido en poder considerar a los cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas”, lo que conduciría a que el gobierno de EEUU pudiera acompañar a las autoridades federales de México en el combate y desarme de esos grupos criminales.

A tales apreciaciones de Blinken, el hiperactivo Canciller mexicano Marcelo Ebrard (que quiere ser candidato a la presidencia en 2024), respondió: “Yo lo veo a él muy presionado, pero dijo que México está haciendo mucho” en el combate al narco.

López Obrador reacciona

Las tensiones entre los gobiernos de México y Estados Unidos han venido aumentando, al grado que López Obrador ha calificado un informe sobre Derechos Humanos en su país, elaborado por el Departamento de Estado de EEUU, como mentiroso y un “bodrio”.

También negó que en México haya masacres. “Si ustedes ven el informe, del departamentito, del Departamento de Estado, es un bodrio. Dicen, según expertos, se presume, se señala… no hay sustento. Utilizan la calumnia en el departamentito, del Departamento de Estado”, dijo López en su conferencia de prensa de este miércoles 22.

“Pueden contestarme lo que quieran, pero no tienen pruebas, son calumniadores, mentirosos. En México no se tortura, no es como antes, que ellos se quedaban callados y nunca decían nada. En México no hay más masacres, en México el Estado ha dejado de ser el principal violador de los derechos humanos, en México se garantiza la libertad de expresión, no se persigue a nadie, no se reprime a nadie. Que no se confundan. Lo único que hacen con eso es exhibirse, hacer el ridículo. Si no fuese un asunto tan importante, pues causaría risa”, remató el socialista.

Y así es como cada día crece más la percepción social y política, basada en hecho reales, de que en México hay vastas zonas en donde el gobierno hace mucho que no gobierna, porque en ellas manda el crimen organizado. Es un fracaso del Estado, como bien dicen los jesuitas.

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