El primer encuentro del Papa Francisco con Javier Milei comenzó entre risas: «¡Te cortaste el pelo!», espetó Francisco al presidente de Argentina. «Me emprolijé», respondió Milei. En un cálido saludo tras la ceremonia de canonización de Mama Antula, primera santa argentina, el Santo Padre y el presidente se fundieron en un abrazo: «Un gusto verte. Gracias por venir», prosiguió Francisco.
El domingo quedaron en «vernos mañana». Un saludo que el Papa zanjó con su tradicional petición: «Recen por mí y yo lo hago por ustedes». La complicidad vista en la Basílica de San Pedro se ha trasladado a la audiencia privada entre Francisco y Milei, celebrada este lunes por la mañana, en el Palacio Apostólico. La primera reunión oficial entre los máximos líderes argentinos ha durado más de una hora: tiempo récord muy por encima de las anteriores reuniones del Pontífice con Cristina Kirchner, Mauricio Macri o Alberto Fernández.
El presidente Milei ha apurado el tiempo. Junto a la comitiva oficial formada por la canciller Diana Mondino, los ministros Guillermo Francos y Sandra Pettovello, y su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, Milei ha llegado al Patio de San Dámaso a las 08.57, siendo recibido por un piquete de la Guardia Suiza y los representantes vaticanos con todos los honores de un jefe de Estado. Precisamente pocos minutos antes el presidente argentino pidió detener su convoy en la Vía della Conciliazione para saludar a un grupo de turistas argentinos.
Tras saludar al Regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, monseñor Leonardo Sapienza, la delegación ha atravesado los salones vaticanos y la Sala Clementina hasta llegar al despacho de Francisco, el Salón del Tronetto, donde habitualmente recibe las visitas oficiales. Así ha comenzado lo que fuentes vaticanas consultadas tildan de «una audiencia muy buena y muy amable».
Según medios vaticanos, el Papa Francisco ha querido escuchar las propuestas de Javier Milei para Argentina, en una conversación cálida marcada por los retos que atraviesa la patria de ambos. El Santo Padre ha dejado tiempo para que Milei le cuente sus planes en el Gobierno, para después dialogar sobre las últimas propuestas legislativas y las relaciones de Argentina con la Santa Sede.
La hora de conversación ha concluido con el tradicional intercambio de regalos. Tal y como ha confirmado el portavoz del Ejecutivo argentino, Javier Milei ha entregado a Francisco una «carpeta con la copia de la carta manuscrita del Canciller José María Gutiérrez a Juan Bautista Alberdi acreditándolo como representante en Europa, un cuadro con la postal conmemorativa de Mamá Antula que el Correo Argentino distribuyó en ocasión de su beatificación y unos alfajores de dulce de leche y galletitas de limón, de la marca de preferencia del Sumo Pontífice».



Precisamente en ese momento las puertas del Salón se han vuelto a abrir para recibir al resto de la delegación e intercambiar, durante otros diez minutos, las impresiones sobre la visita oficial. El Santo Padre ha regalado a Milei un medallón de bronce inspirado en el Baldaquino de San Pedro, obra del italiano Bernini, «que representa la armonía entre lo sagrado y lo divino, uniendo en cielo y la tierra en una visión única, con el brillo de la paloma del Espíritu Santo, símbolo de unidad, fuerza e inspiración para la Iglesia».
