El régimen de Nicaragua anunció el viernes una reforma a su texto constitucional que impedirá que los habitantes del país tengan una segunda nacionalidad, en tanto se verían expuestos a perder la nicaragüense.
El cambio, introducido a través del Parlamento, fue un petitorio expreso del dictador Daniel Ortega y su esposa y «copresidente» Rosario Murillo.
En concreto se han reformado los artículos 23 y 25 de la Constitución, de forma «unánime», quedando expresado que «los nicaragüenses perderán su nacionalidad al adquirir otra nacionalidad». La medida debe ratificarse en la siguiente legislatura de la Asamblea Nacional el año próximo para ser efectiva.
«Quien adquiere otra nacionalidad y jura lealtad a un Estado extranjero, rompe el vínculo jurídico y moral con Nicaragua. No puede existir doble fidelidad: la patria exige compromiso exclusivo«, había dicho la presidencia de Nicaragua al requerir la aprobación de la medida al Legislativo.