El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, que permanece hospitalizado en la unidad de cuidados intensivos tras la operación quirúrgica intestinal a la fue sometido a mediados de abril, ha experimentado en las últimas horas un «empeoramiento» de su salud debido a una subida de la presión arterial.
«Presenta empeoramiento clínico, hipertensión arterial y un empeoramiento en las pruebas hepáticas», ha indicado el equipo médico en un comunicado en el que informa de que el expresidente se someterá a «nuevas pruebas de imagen» y permanecerá «en ayuno oral», así como con «nutrición parenteral exclusiva».
De igual forma, su equipo médico ha indicado que se mantiene la recomendación de no recibir visitas. «No hay pronóstico para su alta de la UCI», ha dicho, agregando que seguirá con la «fisioterapia motora» y con las «medidas para prevenir la trombosis venosa».
En la víspera, Bolsonaro recibió una citación judicial por orden del juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes, que de la mano del Gobierno de Lula da Silva mantiene la persecución contra el expresidente.
El expresidente brasileño se encuentra hospitalizado en el hospital DF Star de Brasilia, donde fue intervenido durante once horas para tratar una obstrucción intestinal vinculada a las secuelas del atentado con arma blanca que sufrió en 2018.
Las visitas de Bolsonaro al médico por las secuelas de este ataque han sido recurrentes en los últimos años. Esta ha sido la sexta cirugía a la que se somete y la novena hospitalización desde entonces. Además de pruebas rutinarias, ha llegado incluso a pasar varios días ingresado, como el año pasado, cuando llegó a permanecer casi dos semanas en un hospital de Sao Paulo.