«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Pone nombre y apellido a los responsables del desastre regional y construye una alternativa real

Foro Madrid: la única herramienta que enfrenta de manera frontal la amenaza que supone el Socialismo del Siglo XXI

IV Encuentro Regional de Foro Madrid. LA GACETA

En las tapas de los diarios del mundo, del miércoles 4 de julio de 1990, se hablaba de los más diversos temas como la reunificación alemana o las semifinales de la Copa del Mundo. El archivo del New York Times del 4 de julio de 1990 enumera noticias que resultaban «lo más leído» o los «breaking» de aquel entonces, como la eliminación de los productos químicos que afectaban la capa de ozono, las disputas acerca de la retirada de las tropas soviéticas de Hungría. Todos los medios de EEUU destacaban las celebraciones por el Día de la Independencia. El Washington Post informaba sobre el desfile en Constitution Avenue y fuegos artificiales en el National Mall. También hablaba de que el Grupo de los 24 países industrializados extendería la asistencia económica a Checoslovaquia, Yugoslavia, Bulgaria y Alemania Oriental.

Muchos diarios contaban la noticia de que un cuadro de Renoir había sido robado del Museo del Louvre durante las horas de apertura al público y de que Lendl-Edberg y Becker-lvanisevic iban a las semifinales masculinas de Wimbledon. El diario El País de España comentaba sobre la instalación de balizas luminosas en el paseo de Extremadura y de que la OTAN proponía a Moscú la reducción mutua de armas nucleares.

Pero ni los artículos de actualidad ni los editoriales políticos, ni los análisis económicos o geopolíticos daban cuenta de una reunión que se estaba celebrando en el Hotel Danubio, de la Avenida Brigadeiro Luís Antonio, en la ciudad de São Paulo, Brasil. Convocada por un líder sindicalista llamado Luiz Inácio Lula da Silva, tenía como invitado estrella al dictador cubano Fidel Castro, que llegaba hasta aquellas tierras para «debatir sobre el escenario internacional» debido a «las consecuencias del neoliberalismo en los países de América Latina y el Caribe».

El 4 de julio de 1990 la Unión Soviética todavía existía, pero Lula y Fidel sabían que tenían que mirar más allá. Llamaron a la reunión “Encuentro de partidos y organizaciones de izquierda de América Latina y el Caribe” y fue el mayor evento de estas características, con la participación de más de 60 partidos y movimientos políticos de izquierda de 14 países de la región que representaban a todas las corrientes ideológicas, desde movimientos terroristas hasta los partidos socialdemócratas.

Había nacido el Foro de Sao Paulo.

El Partido de los Trabajadores de Lula se estaba convirtiendo en una alternativa electoral muy competitiva en Brasil y el sindicalista era una estrella en ascenso justo cuando el resto de la izquierda era cuestionada en el mundo. Con la URSS sumida en una crisis terminal, la masacre de Tiananmén, la caída del Muro de Berlín, la derrota electoral sandinista y un largo etcétera, Fidel se decidió a apadrinar al joven líder brasileño como quien se abraza al último madero de un naufragio.

Se estaba gestando un espacio de totalitarismo y corrupción de escala planetaria, pero el encuentro no encendió las alarmas ni llamó la atención de los medios, de los políticos ni de los analistas y expertos. En cambio, la Copa del Mundo que se celebraba en Italia era “el tema” noticioso y Argentina jugaba con Italia por la tarde del 4 de julio, en el mismo momento en que estaba programada la discusión de la Declaración de Sao Paulo, escrita por una comisión del PT del Brasil, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador, el Partido Comunista de Cuba y el Partido Unificado Mariateguista del Perú. Lula suspendió la sesión hasta el final del partido, Argentina venció a Italia en la semifinal en los penales y esa fue la noticia ganadora de la jornada.

Sin embargo, el contubernio entre Lula y Fidel fue creciendo con los años, llegando a manejar los gobiernos de casi toda la región, empobreciéndola y doblegándola con un mecanismo de gobernanza que, más tarde, se llamó Socialismo del Siglo XXI. Un sistema que al ocupar el gobierno aplica reformas legales o constitucionales para concentrar el poder político y económico para controlar cajas de recaudación y restringir o eliminar la propiedad privada y cuyo objetivo es la cooptación del sistema electoral que lo eternice en el poder. Un sistema de corrupción, asociación con las narcoguerrillas, robo de la obra pública, infiltración del sistema de justicia, educación, medios y sindicatos; tan poderoso que extendió sus dominios a Europa y EEUU, feroz y eficaz, que actualmente representa uno de los problemas geopolíticos más graves del mundo.

Días después, Argentina perdió la final y la Copa salió de la tapa de los diarios. Nuevas noticias urgentes reemplazarían a esas del 4 de julio de 1990, cada vez con más velocidad, porque comenzaban a viajar por internet, dejando al papel rezagado y caduco. Ciertamente, los medios tradicionales y el establishment político no repararon en lo que se cocinaba en el Hotel Danubio de São Paulo. Lamentablemente, por cierto, ya que si el mundo hubiera tenido ocasión de conocer, diagnosticar y defenderse del desastre que se venía, otra habría sido la historia. Pero no hay que llorar sobre la leche derramada, sólo no repetir los errores del pasado.

Por eso, esta semana tuvo lugar en Paraguay la cuarta edición de Foro Madrid, el esfuerzo internacional que la Fundación Disenso viene realizando desde el año 2022 con dos objetivos manifiestos: generar conciencia sobre el avance de la agenda ideológica de la izquierda radical y contrarrestar su influencia geopolítica lograda por el Foro de Sao Paulo.

A lo largo de todas sus ediciones: Colombia, Perú, Argentina y Paraguay, Foro Madrid ha visibilizado todos los ataques liberticidas que sufren los países a través de los más diversos mecanismos: golpes de estado, proscripción, fraudes, censura, corrupción, narcogobiernos, terrorismo, injerencismos. Ha procurado, en cada edición, crear una red de aliados entre periodistas, intelectuales, políticos e influencers comprometidos con los valores de la libertad. Ni más ni menos. Ha dado voz a los que, en cada país, exponen las formas en las que las democracias son atacadas, los ciudadanos silenciados y las instituciones corroídas.

Muchas de las discusiones que se expusieron desde 2022, llegaron luego al debate público, generaron pensamiento crítico, brindaron argumentos, y amplificaron debates que no tenían lugar en la plaza pública, mayormente atada a discursos hegemónicos y a una corrección política que resta más de lo que aporta.

Posiblemente, el mérito más importante de Foro Madrid sea esa la capacidad vanguardista de adelantarse a los debates políticos, éticos y estratégicos que aún no tienen lugar en el mainstream media… y que la mayoría de los partidos políticos no se atreven a encarar. También es destacable el afán de sus directivos por superar el vértigo de la coyuntura y «las breaking news», para mirar más allá y sondear en la polifonía, para reunir a aquellos que están dando una batalla en el campo de las ideas o que buscan denunciar lo que el poder no quiere que se exponga. El rol de adelantado es de un valor excepcional, aunque no sea premiado de inmediato.

Después de todo, el éxito y la eficacia del Foro de Sao Paulo fue justamente ver más allá, cada tanto hay que aprender del enemigo.

Y vaya que fue exitoso, el Encuentro del 4 de julio de 1990 aprobó la Declaración de Sao Paulo, convocó un II Encuentro en México. El 4 de julio se presentó una narrativa con predominio del rechazo al capitalismo y al viejo socialismo, así como la validez del ideal del socialismo latinoamericanista, ecologista, con enfoque de género, indigenista y revisionista. También se acordó incorporar organizaciones políticas de Estados Unidos, Canadá y Europa.

El II Encuentro contó con la participación de 68 fuerzas políticas latinoamericanas y caribeñas, y la presencia de 12 organizaciones de Norteamérica y Europa y de allí en más no ha parado de crecer. Hoy sus partidos y organizaciones superan largamente la centena, nuevas franquicias como el Grupo de Puebla, Celac, y otras instituciones y acuerdos multilaterales lo sostienen y alimentan. En este proceso los partidos y presidentes con vínculos con el Foro de Sao Paulo llegaron a los gobiernos de varios países de la región como Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador, Chile, Nicaragua, Colombia, Bolivia, Perú y tantos más. Además de extender su influencia y conexiones con el yihadismo de Medio Oriente, con todas las autocracias del globo, con los gobiernos y partidos socialistas de Europa; sumado a una oscura e indisoluble sociedad con la dictadura China.

Foro Madrid es, hoy por hoy, la única herramienta institucional, internacional y estratégicamente articulada que enfrenta de manera frontal al flagelo que representa el Foro de Sao Paulo. Esta red de líderes, partidos y entidades comprometidos con la libertad, la democracia y el Estado de Derecho no se deja intimidar ni por las campañas de difamación ni por la brutal asimetría de poder que enfrenta. No pide permiso, no baja la cabeza y no teme decir lo que nadie más se anima. Mientras otros especulan, Foro Madrid ve más allá, pone nombre y apellido a los responsables del desastre regional y construye una alternativa real. Una pelea desigual, sí —como la de David contra Goliat—, pero necesaria, urgente y valiente. Y, por eso mismo, digna de ser conocida, difundida y apoyada.

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