El segundo candidato de la coalición AD y líder del partido CDS, Nuno Melo, afirmó este fin de semana en una entrevista en CNN Portugal que su convicción es que la lista más votada lidere el gobierno, incluso en caso de que los socialistas obtengan una mayoría simple. Esta declaración no pasó desapercibida y fue posteriormente respondida por el líder de CHEGA, André Ventura, quien solicitó una aclaración sobre las intenciones de pacto después de las elecciones del 10 de marzo.
Adicionalmente, Aliança Democrática llevó a cabo una convención en Estoril, donde el líder del PSD, Luis Montenegro, junto con sus principales líderes regionales, afirmaron que no contemplan pactos con partidos extremistas, aludiendo indirectamente al partido CHEGA. Es evidente que el establecimiento de un cordón sanitario, término utilizado en Portugal para excluir al partido conservador, se está consolidando como uno de los pilares fundamentales de la coalición de «centroderecha». Esto, a pesar de que, según la encuesta más reciente, el partido liderado por Ventura obtiene un 17,5% de votos, equivalente a 49 diputados de un total de 230.
Es la misma estrategia que adoptó Alberto Núñez Feijoo, líder del Partido Popular, ante las elecciones del 23 de julio en España. En Portugal la coalición de «centro derecha» también está llamando al «voto últil» para lograr, dicen, «un cambio real, coherente y fiable», algo que los «extremistas» no pueden proporcionar.
El 10 de marzo reflejará la decisión soberana de los ciudadanos portugueses, mientras AD amenaza con establecer alianza con los socialistas para debilitar la influencia de la derecha conservadora (CHEGA), una estrategia que podría tener repercusiones negativas en la estabilidad económica y social del país.