Aunque somos parte esencial de la sociedad occidental —considerando que, por ejemplo, Iberoamérica es la región más católica del planeta, con más del 40% de los practicantes—, no solemos ser considerados como referencia para el primer mundo. Estados Unidos y Europa se debaten, entre sí, alumbrar figuras representativas de nuestras ideas y valores. Llegó un hombre y cambió esto.
El indómito y desobediente presidente de Argentina, Javier Milei, ha enamorado a la derecha de la región, lo que de por sí es un logro. Por mucho tiempo huérfana, desorientada y frustrada, la derecha Iberoamericana finalmente encuentra una referencia que va más allá, incluso, de cómo se aborda una política en particular (por ejemplo, el caso Bukele). Pero Javier Milei, además, ha conseguido lo impensable.
Por su incuestionable talento como pedagogo, sus peculiaridades, su naturaleza insobornable, los principios y su rigidez ideológica, Javier Milei es un fenómeno, ya no de Argentina e Iberoamérica, sino del mundo, empezando por Estados Unidos.
La valentía con la que fue a Davos, al World Economic Forum, y le dijo al puñado de burócratas lo muy mal que lo vienen haciendo, lo catapultó a rincones inéditos. Su discurso cautivó a personajes tan poderosos e influyentes como el empresario Elon Musk, el historiador, escritor y académico de Harvard, Niall Ferguson; o el afamado psicólogo Jordan Peterson.
Sobre el discurso, Ferguson dijo: «Traten de escucharlo. Es una magnífica defensa de la libertad individual y de la economía de mercado». Musk compartió varias veces las palabras de Milei en su red social, dijo que fueron «una buena explicación de qué hace a los países más o menos próspero»; e incluso llenó su timeline en X de memes del presidente. El video con el discurso que compartió Musk ya tiene más de 44 millones de visualizaciones.
The Babylon Bee, el portal de sátira más importante de la derecha en Estados Unidos, publicó un artículo con el siguiente título: «Estados Unidos decide cancelar las elecciones y elegir a ese tipo argentino como presidente».
Otra reacción significativa fue la del presidente y director de operaciones de JP Morgan, Daniel Pinto, quien le dijo al Financial Times que Milei «puede estar creando un nuevo comienzo para Argentina».
El excandidato presidencial y empresario, Vivek Ramaswamy, también compartió las palabras de Milei y, finalmente, el expresidente Donald Trump publicó un mensaje esta mañana diciendo que «el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, que realmente ama a su país, está trabajando duro y, de acuerdo con muchos que saben, ¡está haciendo un gran progreso! Él heredó un desastre total, pero es MAGA (Make Argentina Great Again), trabaja muy duro y, contra todos los retos, va a ser exitoso».
«Espero poder ayudarlo en el futuro», agregó Trump.
Uno podría especular a la ligera para afirmar: es la primera vez que un hispanoamericano llega a ser un fenómeno en un país como Estados Unidos. Muestra de esto, también, es que en plena campaña por la Presidencia, el periodista Tucker Carlson, sin duda el más influyente de la derecha americana, quien no suele interesarse por las cuestiones fuera de la frontera de su país, viajó hasta Buenos Aires para conocer y entrevistar a Javier Milei.
Lo que está logrando Milei es histórico. El mérito de llevar su discurso, por la libertad individual, la propiedad, el libre mercado y la vida, a los grandes estrados del mundo, lo consolida como uno de los hombres de nuestros tiempos. Apenas está arrancando, pero la expectativa es alta.
Milei, un outsider, académico recién converso a político, le está dando lecciones al resto de burócratas, hombres de oficinas y cocteles, que les han dejado el camino libre a los autócratas del mundo. Esa trillada noción maquiavélica de que la política es el arte de engañar quedó desbancada. Es posible ser exitoso, lograr la Presidencia, convertirte en una de las personas más populares del mundo, diciendo la verdad, sosteniéndola, aunque sea incómoda; siendo inflexible con los principios y dogmático con las ideas.
La coherencia, habrá dicho algún gran político de carrera, es un lastre. Milei demuestra que no. Alguna vez le dijeron que su discurso academicista iba a aburrir antes que persuadir. Pues el mundo no piensa igual. Por su severa defensa de la libertad, hoy Javier Milei es un referente mundial de cómo se deben hacer las cosas. Iberoamérica está en el mapa.