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DÍAZ CANEL, DE VISITA EN MOSCÚ

La dictadura cubana afianza su relación con Putin

Miguel Díaz-Canel y Vladimir Putin inauguran una estatua de Fidel Castro. Twitter

El régimen castrista que usurpa el poder en Cuba desde hace más de 60 años ha experimentado, desde mediados del año pasado, las que han sido quizá las muestras más sólidas que se recuerden de oposición a un sistema que ha llevado a un pueblo entero a transitar penalidades atroces, en medio de la más estricta aplicación de la cartilla comunista durante diversos períodos.

Como no podía ser de otro modo, las demostraciones de desprecio al régimen englobadas bajo la consigna de “patria y vida” en julio de 2021 y que ahora han llevado a los cubanos a salir a las calles para manifestarse en contra de los sucesivos apagones eléctricos que afronta la isla, han sido paulatinamente sofocadas a través de represión y cárcel; una asignatura en la que es experta la tiranía.

En medio de todo ello, Miguel Díaz-Canel ha emprendido una gira internacional que le ha llevado a reunirse en el Kremlin con Vladimir Putin. Desde allí el dictador cubano ha relanzado su alianza con Rusia, apoyando abiertamente incluso la invasión a Ucrania y despotricando de la OTAN en general y de los Estados Unidos en particular. Putin no se ha quedado atrás, al punto de corresponder el apoyo inaugurando en Moscú una estatua en honor al histórico y sanguinario tirano Fidel Castro.  

«Cuba condena enérgicamente las sanciones que hoy se imponen de manera unilateral e injusta a la Federación de Rusia. Las causas del conflicto actual en esta zona hay que buscarlas en la política agresiva de Estados Unidos y en la expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia, lo que Cuba ha denunciado de manera sistemática en foros internacionales», dijo Díaz Canel a propósito de su visita.

Probablemente la principal motivación que haya llevado al dictador cubano a apersonarse en Rusia sea precisamente el económico, en medio de un contexto en el que la isla atraviesa -para variar- serias complicaciones materiales, sobre todo en el área energética. Se estima que, hasta 2020, Cuba había recibido más de 2.300 milllones de euros en créditos provenientes de Rusia; préstamos que el propio Díaz-Canel ha dicho que pagará “en cuento pueda”.

Esta forma de operar, por cierto, es la que ha instrumentalizado Putin por espacio de dos décadas para comprar apoyo político en toda Hispanoamérica. Lo mismo le ha dado apoyar mediante préstamos e inversiones en materia energética a la Venezuela chavista que a la Cuba castrista o a la tiranía de Ortega en Nicaragua. El resultado es patente: crear una agrupación de países dispuestos a defender las posiciones de política exterior de Rusia a capa y espada (como hoy ocurre en medio del conflicto ucraniano), y además alinearlos a todos en los foros internaciones frente a los Estados Unidos, el enemigo histórico ruso.

«La Unión Soviética y Rusia siempre han apoyado, y siguen haciéndolo, al pueblo cubano en su lucha por la independencia y la soberanía. Siempre nos hemos opuesto a todo tipo de restricciones, embargos y bloqueos. Siempre hemos apoyado a Cuba en la escena internacional y vemos que Cuba adopta la misma posición frente a Rusia. Todo esto es el resultado de la tradicional amistad que estableció el camarada Fidel Castro», dijo Putin a propósito de su entrevista con Díaz-Canel en el Kremlin.

Y es que precisamente el comandante fundador de la sanguinaria revolución trabó estrechas alianzas con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) apenas llegó al poder, a comienzos de los 60s, una subordinación que le permitió plantarse como la opción antimperialista y antiyankee por antonomasia en la región. Sin embargo, cuando colapsó el sueño socialista soviético Fidel quedó desnudo y sin un centavo para sufragar su delirio, teniendo que poner a Cuba a vivir bajo las condiciones infrahumanas del llamado “período especial”.

Eso hasta que -como si se tratase de un milagro- a finales de los 90s apareció en Venezuela Hugo Chávez, un militar golpista que paradójicamente logró hacerse con el poder por la vía de los votos y puso a disposición de la isla un inventario de recursos económicos inmenso proveniente de la industria petrolera venezolana. Sin embargo, el escenario de devastación material producido por el chavismo en los últimos años, con Maduro al frente, ha complicado severamente la capacidad de Venezuela para mantener el ritmo de ayuda que habitualmente prestaba a la isla.

Esto es especialmente evidente en el campo energético, que tan importante es para Cuba. Allí la burocracia chavista ha destruido a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) al punto de disminuir su producción promedio de unos 3 millones de barriles de crudo diarios a poco menos de un millón por día en la actualidad.

Hoy Miguel Díaz-Canel busca hacer lo que siempre ha hecho la tiranía castrista: reforzar vínculos con países de los que pueda extraer algún provecho económico, sin reparar en procedimientos. Cuba, maniatada por el desarrollo del socialismo real durante más de seis largas décadas, hará lo que tenga que hacer para sobrevivir a duras penas.  

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