La Fiscalía de Venezuela ha anunciado este viernes la imputación formal del gendarme argentino Nahuel Agustín Gallo por «vínculos con el terrorismo» después de su detención a principios de diciembre al intentar cruzar la frontera.
El fiscal general, Tarek William Saab, sostiene que Gallo entró ilegalmente en Venezuela para colaborar con grupos opositores en «acciones desestabilizadoras y terroristas», como parte de un plan de la «ultraderecha internacional».
Saab ha cuestionado que Gallo haya viajado al país por motivos sentimentales y ha señalado que las declaraciones y acciones judiciales del Gobierno argentino, utilizando a sus familiares, es una muestra «clara» de su «complicidad» con «los planes subversivos que buscan atacar por cualquier vía al Estado venezolano».
Más tarde, la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, ha asegurado en una rueda de prensa que los gendarmes «tienen totalmente prohibida la actividad política», por lo que ha acusado al fiscal general venezolano de mentir.
«Entró con todos los papeles legales, hizo todos los trámites que tenía que hacer en la Gendarmería (…) Su entrada fue total y absolutamente legal. Lo que no fue legal fue la forma en que lo secuestraron en la frontera», ha agregado.
Asimismo, ha pedido a las autoridades venezolanas que miembros del servicio consular argentino puedan visitar a Gallo. «Todo ciudadano de un país tiene derecho a estos principios básicos que conforman un Estado de Derecho», ha recordado.
El pasado 8 de diciembre, Gallo fue detenido cuando intentaba entrar en Venezuela por vía terrestre desde Colombia. El suboficial de la Gendarmería argentina tenía intención de reunirse con su esposa de nacionalidad venezolana y la hija de ambos, versión que Caracas ha desechado.