«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Casi la mitad de quienes lo reprueban piensan que es un incapaz

Los peruanos perciben al comunista Castillo como el político que mÔs daño hace a Perú

El presidente izquierdista de PerĆŗ, Pedro Castillo

De acuerdo con la última encuesta elaborada por la Compañía Peruana de Estudios de Mercado y Opinión Pública (CPI) para Radio Programas del Perú (RPP), el comunista Pedro Castillo es desaprobado por el 71.4% de la población peruana y apena respaldado por un 20.7%.

A diez meses de haber asumido la presidencia, la desaprobación de Castillo a nivel nacional creció mĆ”s de 23 puntos porcentuales desde la primera encuesta realizada por CPI en agosto de 2021. La desaprobación de la gestión comunista llega a 85.8% en la capital peruana, Lima (incluido el puerto del Callao), mientras que solo un 7.9% lo respalda.

En otras regiones, el tƭtere de NicolƔs Maduro y Evo Morales es desaprobado por el 63% de los encuestados y aprobado por un 28.3%.

Falta de capacidad

Entre los que desaprueban a Castillo, un 47.9% indicó que lo hace por su falta de capacidad para gobernar, mientras que un 14.4% dijo porque estÔ afectando a la economía del país y se ha incrementado la pobreza.

Un 14.3% mencionó que rechaza al Gobierno del partido marxista leninista PerĆŗ Libre porque ha faltado a su palabra, y otro 5.5% dijo que lo desaprueba porque es corrupto o estĆ” rodeado de corrupción. Otro 4% seƱala que desaprueba la gestión castillista porque no ha solucionado la problemĆ”tica del paĆ­s desde que ocupó el Ejecutivo. 

Sin embargo, y aunque resulta extraño para quienes se han visto afectados por el Gobierno presidido por Castillo, todavía existe un porcentaje de peruanos que respaldan a la presunta organización criminal -según la Fiscalía- que viene (des) gobernando al país andino.

De esta manera, algunos de los encuestados por CPI afirmaron que la oposición en el Congreso no deja trabajar a Castillo (23.2%) y un 17% señaló que este viene realizando una buena gestión.

Un 6.6% indicó que el mandatario apoya a los mÔs necesitados, mientras el 5.4% dijo que lo aprueba porque fue elegido democrÔticamente.

Otro 4.9% dijo que respalda al mandatario porque quiere combatir la corrupción -vaya ironĆ­a, cuando el propio Castillo es seƱalado como lĆ­der de una presunta organización criminal enquistada en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones-, el 4.3% porque aprobó los retiros de las AFP y CTS y un 3.7% seƱaló que lo apoya porque es una persona ā€œhumildeā€.

El mito del ā€œcampesinoā€ y ā€œdocente provincianoā€, hĆ”bilmente creado por el condenado por corrupción, Vladimir Cerrón, y utilizado por la izquierda caviar para manipular emocionalmente a los votantes con sentimientos de culpa irresueltos, sigue funcionando aun cuando Castillo agoniza polĆ­ticamente.

El polƭtico mƔs daƱino

Por otro lado, la encuesta de CPI arrojó que un 30,6% considera que Pedro Castillo es el personaje de la polĆ­tica nacional que mĆ”s daƱo le ocasiona al PerĆŗ. En segundo lugar, se encuentra la excandidata presidencial y lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, y con un 17,2% le sigue Vladimir Cerrón, el secretario general de PerĆŗ Libre y ā€œgobernante en la sombraā€.

Un desastre anunciado

Este martes 6 de junio se cumple un año de la fatídica segunda vuelta que enfrentó al comunista Castillo con la derechista Fujimori.

Fue sin duda una de las elecciones mÔs polarizadas que ha vivido el Perú desde la caída del régimen autoritario de Alberto Fujimori (1990-2000), padre de la lideresa de Fuerza Popular y una sombra difícil de apartar para esta, lo que le ha ocasionado un enfrentamiento constante con la izquierda que no le perdona al expresidente haber liderado las reformas económicas que permitieron al Perú entrar en el libre mercado global y, sobre todo, por su lucha frontal contra la subversión comunista.

Para César Félix SÔnchez, analista político y filósofo por la Pontificia Universidad Urbaniana (Roma), la actitud de parte de quienes apoyaron a Castillo y hoy se espantan de su gestión -y sus vínculos con la corrupción- resulta ridículo, pues hubo suficientes evidencias para concluir que el candidato de Perú Libre -y todo su programa de gobierno- dañarían profundamente al país de tomar el poder.

ā€œPara cualquiera que no estuviera enceguecido por el odio y la propaganda era evidente lo que iba a ocurrir: caos, incapacidad generalizada y corrupción, en el mejor de los casos; o intentonas mĆ”s o menos chapuceras para hacer cumplir el plan de gobierno de PerĆŗ Libre, en el peor. Pero era clarĆ­simo que se venĆ­a un desastreā€, sostiene.

Para SÔnchez, es importante que la oposición -tanto parlamentaria como ciudadana- no olvide a quienes fueron cómplices -con su apoyo descarado, pero también su ambigüedad- de la victoria comunista en julio de 2021 que viene destruyendo al Perú, pues intenta desvincularse de sus socios electorales ahora que el barco empieza a naufragar, sobre todo previendo un posible adelanto de elecciones.

ā€œConviene recordar esos dĆ­as tan penosos, ahora que, con el colapso interminable del gobierno de PerĆŗ Libre, muchos de estos personajes cómplices intentan reciclarse y venderse como dignĆ­simos opositores que repudian al desgobierno grotesco actual, poniendo la mira en las próximas elecciones. Empezando por Francisco Sagasti y terminando por algunos politólogos mercenarios. Que se sepa que ellos empezaron el socavamiento de las institucionesā€, advierte.

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