Beatriz Gutiérrez Müller, casada con el expresidente Andrés Manuel López Obrador, fue una de las artífices del conflicto diplomático entre España y México tras exigir al rey Felipe VI una disculpa por la «conquista». Aquella exigencia, presentada como un gesto de justicia histórica, desencadenó una tensión sin precedentes entre ambos países, que llegó incluso a congelar temporalmente las relaciones bilaterales.
Ahora, la historiadora y periodista que durante años se mantuvo en segundo plano mientras su esposo gobernaba, ha decidido cambiar radicalmente de escenario: ha iniciado los trámites para obtener la nacionalidad española y establecerse en Madrid. Lo ha hecho invocando vínculos familiares con ascendientes nacidos en Castilla y Cataluña, amparándose en la llamada «ley de nietos» promovida por el gobierno de Pedro Sánchez.
La paradoja no ha pasado desapercibida. Quien lideró, junto con AMLO, el discurso más duro contra la herencia colonial española, es descendiente directa de quienes protagonizaron aquel proceso histórico. Además, su cambio de residencia se produce tan sólo un año después de que Claudia Sheinbaum, actual presidenta de México y aliada política de López Obrador, declinara invitar al monarca español a su investidura, manteniendo el pulso diplomático iniciado por su antecesor.
La noticia, desvelada por el diario mexicano Excelsior, se confirmó tras la visita de Gutiérrez Müller al consulado español en México, donde presentó los documentos necesarios para iniciar el proceso. Según su entorno, la motivación es académica, y su intención es residir temporalmente en la capital española a partir de septiembre, aunque con un pasaporte que le permitiría moverse libremente por la Unión Europea.
Su iniciativa ha reabierto viejas heridas en el debate público. Jorge Fernández Menéndez, columnista del mencionado medio, ironizó sobre el giro de la exprimera dama: «No se trata de una ciudadana cualquiera que solicita una segunda nacionalidad, sino de alguien que contribuyó activamente a deteriorar la relación entre México y España con exigencias públicas a la Corona por hechos ocurridos hace más de cinco siglos».
