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Lasso declara estado de excepción ante brotes de violencia en tres provincias de Ecuador

Guillermo Lasso, presidente de Ecuador.

Luego de una semana laboral entera de paralizaciones, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró estado de excepción y un paquete de medidas económicas para garantizar la estabilidad política en el país.

Anoche convoqué al diálogo y la respuesta fue más violencia. No hay intención de buscar soluciones, dicen que luchan por el costo de la vida, pero cierran carreteras que provocan escasez, alza de precios y especulación. Dicen que quieren mejorar los servicios de salud, pero impiden el paso de ambulancias, poniendo en riesgo de muerte a nuestros hermanos enfermos”, dijo el presidente Lasso en la cadena nacional del viernes 17 de junio.

“Desde aquí me comprometo a defender nuestra capital y a defender el país. Esto me obliga a declarar el Estado de excepción en Pichincha, Imbabura y Cotopaxi a partir de la medianoche de hoy”, agregó. Las tres provincias mencionadas han sido las más afectadas por las paralizaciones de al menos 87 rutas por parte de Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).

Luego que fue detenido el líder indigenista, Leonidas Iza, una turba de sus coidearios removió a un fiscal por la fuerza en la provincia de Cotopaxi. Finalmente fue liberado en la provincia de Pichincha. No obstante deberá responder ante la justicia en la primera semana de julio y no podrá salir del país mientras tanto.

Tras la liberación la violencia no menguó, sino que aumentó. La marcha que supuestamente empezó por el elevado costo de vida se tornó en un reclamo por la remoción del presidente y por ende, intentó avanzar hasta la capital del país para lograrlo.

Acorde más se radicalizan, más rechazo causan de la sociedad civil, incluyendo al generado dentro del Movimiento Nacional Campesino. Por medio de una rueda de prensa, el dirigente de esta organización, Richard Intriago anunció:

“Lo que está viviendo el país no es una manifestación normal. Hay una agenda oculta, hay un engaño colectivo que Leonidas Iza les hace a las bases. Su afán de ser presidente es mucho más grande que su amor por la patria. Es mucho más grande inclusive que su amor por sus compañeros. Nos parece que hasta vive un sueño húmedo con repetir el octubre del 2019. Pero esto es una realidad diferente. En aquel tiempo, todas las organizaciones nos sumamos con paro nacional sin precedentes. ¿Y cuáles fueron los resultados? El diálogo exclusivo del señor Iza con su gavilla, con unos cuantos dirigentes. ¿Qué pasó con los estudiantes que pusieron el pecho y su vida en la ciudad de Quito en la manifestación de octubre del 2019? ¿Qué pasó y por qué no dialogó el sector de transporte, que fue quien impulsó el paro del 2019? ¿Qué pasó con el sector campesino, que no pudo poner en la mesa las discusiones, las profundas que tenemos como problemas en el sector?”

La falta de consenso en el sector campesino muestra que indígena no es sinónimo de indigenista. Puesto que lo segundo se refiere a una corriente política e ideológica que se sostiene en trasladar la lucha de clases del socialismo a la lucha entre etnias y eso en un país pluricultural y mega diverso como Ecuador es insostenible. Más cuando se propone crear para ello sistemas judiciales paralelos.

Pasando por encima del Estado de derecho, los movimientos indigenistas han amenazado con aplicar justicia indígena a las florícolas si no detienen sus actividades. En el caso de Expoflores, recibieron una carta anunciando que el pueblo panzaleo aplicaría leyes adquiridas por ¨derecho propio¨.

Esto incluye castigos corporales y el uso de fuego. Hasta ahora se han incendiado desde campos hasta patrulleros. Pese a que uno de los reclamos es el alto costo de vida, se han destruido y quemado fuentes de alimento para toda la nación.

Y las amenazas se cumplieron: destruyeron la producción y agredieron físicamente a los trabajadores de las fincas. Es decir, no solo irrumpieron en propiedad privada sino que además agredieron a los campesinos que alegan defender.

Eso en el campo, pues en la ciudad la violencia se produjo hasta con explosivos en el centro de Quito. Agrupaciones feministas fueron capturadas destruyendo un patrullero, luego de vandalizar la capital del país.

Además de la violencia ejercida por parte de los manifestantes, está el impacto al sistema de salud. Una historia conmovedora sacudió al país. En Otavalo, provincia de Imbabura, poblado reconocido sobre todo en el sector textil artesanal, un niño con neumonía tuvo que caminar dos horas para llegar al hospital. Su médico también, dado que las vías estaban cerradas por causa de las movilizaciones. Al llegar, el niño le pagó al galeno con una manzana.

La situación económica en el país es crítica para muchos sectores. Por lo cual Lasso ha respetado el derecho a la legítima protesta, pero no así hacerlo con violencia, ni negar a los ciudadanos el libre tránsito y la capacidad de trabajar.

Así las cosas, el mandatario anunció una serie de medidas económicas para enfrentar la situación que vive el país luego de meses de confinamiento y ahora con el impacto de la guerra en Ucrania, que ha afectado la agricultura del país, tanto por la reducción en exportaciones como los fertilizantes importados desde Rusia. En promedio, Ecuador importa 220 millones de dólares en insumos agrícolas de Rusia. En ese sentido Lasso ofreció subsidiar la úrea (fertilizante) un 50 % para pequeños y medianos productores.

Además, prometió aumentar el Bono de Desarrollo Humano a 55 dólares, declarar en emergencia el sistema de salud pública, duplicar el presupuesto a la educación intercultural, condonar deudas de hasta 3.000 dólares por parte de BAN Ecuador, brindar créditos agrícolas de hasta 5.000 dólares al 1% y a 30 años de plazo para ser cancelados.

Por último, Lasso aseguró que «no habrá alza del diésel, gas, gasolinas extra y ecopaís, ni privatización de servicios públicos y sectores estratégicos». El precio del combustible fue uno de los detonantes de los disturbios de octubre del 2019 que paralizaron al Ecuador y provocaron pérdidas mayores a 800 millones de dólares en 10 días. De manera que conciliar este punto debería, en principio, incitar a calma. Hasta ahora hubo campañas de los manifestantes incitando incluso al  ataque a pozos petroleros.

Por eso el presidente Guillermo Lasso llamó al diálogo con más sectores del país, dispuestos a colaborar, sin violencia. Esto clave para la continuidad de su mandato, pues su aprobación llegó al punto más bajo durante estos días de inestabilidad.

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