El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha asegurado este jueves no tener prisa por llevar a cabo su primera crisis de gobierno y que la próxima semana anunciara los cambios, si bien se espera que nuevos partidos entren en el gabinete para ampliar así su base de apoyo en el Congreso.
«El cambio de ministro no se puede tratar como un asunto menor, es algo muy importante. Tenemos partidos importantes que quieren participar en el Gobierno, que quieren hacer parte de la base del Gobierno, entonces tenemos que hablar. No tengo prisa», ha dicho Lula en una entrevista para varias radios de la Amazonia.
Algunos de estas nuevas fuerzas que podrían unirse al Gobierno son Progresistas, o Republicanos, en un intento por contentar así al Centrão, esa bancada informal dentro del Congreso en la que se mueven varios partidos que carecen de líneas programáticas claras, y ofrecen su apoyo tanto a gobiernos de izquierda como conservadores, a cambio de cargos.
«Es cierto que voy a hacer cambios en ministerios, pero es verdad que todavía no he decidido dónde, qué ministerio voy a entregar o que estado va a salir beneficiado. Ahora voy a Pará y cuando vuelva, la semana que viene, ya definiré que voy a hacer en el Gobierno», ha adelantado el presidente brasileño.
En un intento por movilizar al electorado de centro derecha durante las pasadas elecciones, Lula hizo extrañas alianzas con algunas fuerzas de este espectro, tradicionalmente hostiles a los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), como Unión Brasil, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), el Partido Laborista Brasileño (PTB), o el Partido Social Democrático (PSD), a cambio de ministerios.