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DE CARA A SU JURAMENTACIÓN EN ENERO

Lula da Silva deja en manos de dos ultraizquierdistas los ministerios de Economía y Justicia

Lula da Silva. La Gaceta de la Iberosfera

Lula da Silva está formando su equipo ministerial, y los incautos que esperaban un presidente de “izquierda moderada” se darán cuenta de que el exconvicto volverá radicalizado. Dos de las carteras más importantes del gobierno tendrán a dos comunistas al frente de ellas: Fernando Haddad (quien dice que Karl Marx es su mayor influencia junto con la Escuela de Frankfurt) y Flavio Dino, quien fue miembro del Partido Comunista de Brasil de 2006 a 2021 (cambiando al Partido Socialista Brasileño desde entonces).

Un economista defensor del “socialismo real”

Fernando Haddad es un intelectual orgánico del PT y bastante disciplinado en los órdenes partidistas. Es licenciado en Derecho, Magíster en Economía y Doctorado en Filosofía por la USP. Haddad se enorgullece de su intelectualismo. En entrevista con Estado de São Paulo relató sus influencias de intelectuales marxistas de la USP (Universid de San Pablo) como Rui Fausto, Roberto Schwarz, Fabio Comparato y otros. En el pensamiento brasileño, estuvo fuertemente influenciado por el pensamiento marxista ortodoxo del economista Caio Prado.

Entre los libros que escribió Haddad, podemos destacar dos: “El sistema soviético” y “En defensa del socialismo”. En el libro “El sistema soviético”, en resumen, dice que la Unión Soviética fracasó en crear un socialismo real y que fue apenas una fase de transición del modo de producción asiático. Al final, es la vieja excusa socialista/comunista de que allí no se implementó el socialismo real. Ya en el libro “En defensa del socialismo” trató de actualizar a Karl Marx trayendo nuevos sujetos históricos. Por si quedaran dudas de su perfil, en una entrevista con la Revista Epóca sobre esta última obra, se declaró “socialista”.

Haddad también afirma estar fuertemente influenciado por la Escuela de Frankfurt.

En términos profesionales, Fernando Haddad ha ocupado importantes cargos como alcalde de São Paulo y además como ministro de Educación.

En 2012, fue elegido alcalde de São Paulo y tuvo una gestión desastrosa. En 2016, cuando estaba en su último año en el cargo y buscaba la reelección, Datafolha publicó una encuesta en la que Haddad tenía una tasa de rechazo del 47%, la peor calificación entre los alcaldes desde 2000, cuando el entonces alcalde Celso Pitta se presentó a la reelección y perdió en primera vuelta. Haddad recibió sólo el 16,70% de los votos válidos (perdiendo incluso ante blancos y nulos) y fue derrotado en esa oportunidad por João Doria.

Como ministro de Educación, fue el responsable de crear el Examen Nacional de Bachillerato (ENEM) que unificó e hizo que la prueba se inclinara cada vez más hacia un sesgo de extrema izquierda. En exámenes internacionales de educación como PISA, según un artículo de la revista Veja, vemos una caída en la comparación internacional de la educación en Brasil: “Hemos bajado en el ranking internacional en todas las áreas en comparación con el último Pisa, en 2009: del 57 al 58 en matemáticas, del 53 al 59 en ciencias y del 53 al 55 en lenguaje”.

También ha hecho comparaciones entre Hitler y Stalin, relativizando los crímenes del comunista, hablando ante un Comité de Educación del Senado en 2011: “Hay una diferencia entre Hitler y Stalin que necesita ser debidamente registrada. Ambos disparaban a sus enemigos, pero Stalin leyó los libros antes de dispararles”, les dijo a los senadores en esa ocasión.

En relación a la agenda de la economía, está en contra del techo de gasto; defiende el papel del Estado como inductor de la economía; y es crítico de la reforma laboral liberal que se llevó a cabo en Brasil. En cambio, ya ha dado algunos indicios de la importancia de gastar con calidad y tiene un perfil psicológico más conciliador. Sin embargo, lo que se debe esperar de él en la cartera de economía es: más gasto público, más impuestos y la defensa de una reforma tributaria que recaude más bajo el argumento de “reducir la desigualdad”. El economista Fernando Ulrich también dice que Haddad defiende al MST (Movimiento de los Sin Tierra) como modelo de economía cooperativa; “democratización” de los fondos de pensiones; e impuestos progresivos a la propiedad.

Para comprender mejor la trayectoria económica de Brasil, vale la pena leer el texto de Ubiratan Iorio o el video del economista Fernando Ulrich titulado “Un comunista será el ministro de Hacienda de Lula”.

Un connotado jurista de extrema izquierda

Flávio Dino, por su parte, será el futuro ministro de Justicia. Es un ex juez y un histórico comunista afiliado al Partido Comunista de Brasil (PCdoB). Dino es abogado y tiene una maestría en Derecho Constitucional. Fue uno de los coordinadores del ala juvenil de la campaña presidencial de Lula da Silva en 1989. En 1994, fue aprobado en concurso para juez federal y ocupó el cargo durante 12 años. En 2006 renunció y se incorporó a la vida política al unirse al Partido Comunista de Brasil hasta 2021, cuando emigró al Partido Socialista Brasileño. Flavio Dino tuvo una trayectoria exitosa en la política y fue elegido gobernador de Maranhão en 2014 y reelegido en 2018; además de ser elegido senador en 2022 por el mismo estado.

Dino se opuso al juicio político a la presidenta Dilma Rousseff en 2016 y formó una red de gobernadores en contra eso.

La revista Oeste ya viene trayendo algunas iniciativas que debería adoptar el futuro ministro de Justicia. Este exjuez ya ha declarado que está en contra de los manifestantes que critican al Supremo Tribunal Federal y cree que estas personas perpetran “actos antidemocráticos” y que practican “delitos políticos”. Flavio quiere establecer una alianza con el STF para perseguir a estos aliados y simpatizantes de Jair Bolsonaro.

Otra medida preocupante que quiere implementar el político comunista es el desarme de la población. Es importante recordar que las diferentes tiranías socialistas siempre desarman al pueblo, como lo hicieron en Venezuela y Cuba.

Dino también considera que llamar a Lula “ladrón” es un delito. En entrevista con el periodista Juca Kfouri, el futuro ministro dijo: “Esos difamadores, calumniadores, que dicen: ‘Lula es un ladrón’, están cometiendo un delito”, y concluyó: “Porque no hay condena, cero, contra el ex-presidente Lula. Es puro prejuicio. Es una frase apoyada por ningún hecho. Por lo tanto, estas personas son criminales”.

Así, podemos esperar en Brasil un ministro de Justicia con sed de venganza contra los bolsonaristas y un intelectual orgánico de la izquierda brasileña; y en la economía, no sorprenderá un modelo económico de más gasto público, más impuestos e inflación, como en la Argentina kirchnerista.

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