El presidente izquierdista colombiano, Gustavo Petro, presenta su nueva política nacional de drogas, con la que espera dejar atrás el enfoque tradicional «de persecución al cultivo de la hoja de coca»; en pocas palabras, se trata de una política con la que ya no le hará la guerra al narcotráfico.
Colombia, es un gran exportador de carbón y petróleo, pero también de drogas; el país suramericano hoy en día es el mayor productor de coca y cocaína en el mundo, por lo que cualquier decisión desde el Ejecutivo relacionada con el tema podría tener un impacto global.
Petro aprovechará el cierre de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre las Drogas para dar a conocer su plan, el cual ha sido duramente criticado por considerar que se trata de políticas de mano blanda a quienes producen y trafican la hoja de coca.
Esta nueva política se llamará «Sembrando vida desterramos el narcotráfico» y tendrá dos tiempos, uno de «Oxígeno» y otro de «Asfixia»; la primera va enfocada en la transformación territorial y en darles alternativas a los cultivadores de coca, y la segunda en desarticular y perseguir a las organizaciones criminales que se benefician con el narcotráfico.
El plan de Petro será presentado en el momento en que las hectáreas sembradas de coca en Colombia han roto récords, registrándose unas 204.000 hectáreas según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC).
¿De qué trata el plan de Petro?
Petro ha asegurado que el modo de enfrentar el consumo de drogas debe ser bajando el precio, regulando el consumo y disponiendo de una “enorme cantidad de dinero” para prevenir y disminuir la demanda.
Y ha dejado algunas evidencias de cómo encaminará su gestión: buscará legalizar la marihuana con fines recreativos y al mismo tiempo dejará de perseguir a productores y consumidores. En el caso de la cocaína aún no hay nada claro.
Con una legalización de las drogas, Colombia seguiría produciendo y comercializando, pero ahora con «libertad» mientras que el resto del mundo deberá lidiar con las consecuencias de ello.
Si Colombia es actualmente el mayor productor de coca y cocaína en el mundo, sin restricciones podría convertirse en un «búnker» para el narcotráfico global.
La despenalización de las drogas no ha generado buenos resultados en la mayoría de los casos, de hecho, hay evidencias no solo de un peligroso aumento de la drogadicción, sino que el fenómeno de la criminalidad no desaparece como sucedió en países como Uruguay o Países Bajos.
Queda esperar a conocer cuál será la ruta que asumirá Gustavo Petro para asumir – o no – la guerra contra las drogas. Su país es el mayor productor y de encaminarse a despenalizarlas podría convertirlo en un «Duty free» para el narcotráfico tanto nacional como internacional.