Gustavo Petro y Luis Arce, presidentes de Colombia y Bolivia respectivamente, tienen contemplado solicitar a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que retire la hoja de coca del listado de sustancias prohibidas, a fin de que esta sea aceptada con fines supuestamente medicinales y ceremoniales.
En concreto, ambos gobiernos presentarán formalmente la propuesta en la sesión número 66 de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, que se celebrará en marzo, de acuerdo a la viceministra colombiana de asuntos multiculturales, Laura Gil. «En este momento Bolivia y Colombia consideran que es el momento de volver a poner el tema sobre el tapete», asevera la funcionaria.
En años recientes ambos países han visto incrementos sustanciales en sus tasas de producción en sus cultivos de hoja de coca.
Por ejemplo, de acuerdo a un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en Colombia al cierre de 2021 se contabilizaron 204.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca (un incremento de un 43% respecto a estudios previos), estableciéndose cifras récord en esta materia.
En el caso de Bolivia, la misma oficina determinó que para el 2021 existían 30.500 hectáreas de cultivos de esta planta, un incremento de un 4% respecto a años previos. En el país andino incluso el antiguo Gobierno del izquierdista Evo Morales despenalizó los cultivos de coca a nivel nacional.
