Telefónica está actuando como un brazo del régimen venezolano para imponer la censura y contribuir al apagón informativo impuesto por la tiranía de Nicolás Maduro. Así lo denuncia el director del medio digital venezolano El Nacional, Miguel Henrique Otero, mientras la inmensa mayoría de los medios de comunicación españoles se suman al silencio, un hecho que protege a una dictadura que continúa violando sistemáticamente los derechos humanos.
Henrique Otero ha manifestado que «no hay diferencia entre quien ordena censurar y quien ejecuta la censura», antes de señalar a Marc Murtra, que «perpetúa el legado de censura» y es «un aliado del régimen de Maduro». «Telefónica y la dictadura instaurada en Venezuela son responsables del mismo crimen contra la libertad de expresión, sin importar dónde ocurra y quién lo permita. Todos saben que las empresas que colaboran con dictaduras son cómplices. Ustedes en Telefónica facilitan de manera significativa la represión de un régimen sancionado (…). Qué vergüenza que en Venezuela actúen como brazo tecnológico de la dictadura«.
En este sentido, recuerda que El Nacional no se vendió a la dictadura: «Nos arrebataron la sede, desmontaron la rotativa y enviaron al desempleo a miles de trabajadores (…). La dictadura y sus aliados, entre ellos la empresa Telefónica, han silenciado voces democráticas y han clausurado las páginas que mantienen viva la esperanza ciudadana. Cada bloqueo es un trabajador venezolano en la calle, cada censura es una familia sin sustento. Marc Murtra, su complicidad es apagón informativo y destrucción económica (…). La libertad de expresión no es negociable».
En Venezuela están bloqueados casi un centenar de sitios web, incluidos casi una decena de medios de comunicación. Al mismo tiempo, continúan las violaciones de derechos humanos. La ONG Foro Penal cifra en más de 900 los presos políticos del régimen de Nicolás Maduro hasta este lunes, y denuncia las torturas que sufren en las cárceles y los centros de detención.
La dictadura trata de intimidar siempre con la ayuda de Cuba, cuyos oficiales participan en la represión, planificación, inducción y ejecución de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, y sumir al país en un clima de terror en el que cualquiera puede ser víctima del aparato represor.
