El reportaje fotográfico una vez más lo tomo de Catapulta:
http://www.catapulta.com.ar/?p=13023
Repetiré, una vez más, que no entro en lo subjetivo. Algunas, o bastantes, serán buenísimas, habrán entregado sus vidas a Dios y a los hermanos con voluntad de amor y de servicio. No entro en eso prque no puedo entrar. Eso queda para ellas y Dios. Yo sólo puedo opinar de las apariencias. Que son las que ese ven. Y esas apariencias a mí me parecen penosas. Y como me lo parecen, lo digo. Dan la impresión de un club de solteronas en la tercera edad que se reunen para jugar al pinacle o tomar el te.
Alguien podrá decir que esas impresiones son las mías y que no concuerdan con la realidad. Pero se equivocan. La realidad, la crudísima realidad, es que se xtinguen sin vocaciones. No hoy quien quiera ser como ellas. No atraen a ninguna joven. Las jóvenes que entran en la vida religiosa, que las sigue habiendo, gracias a Dios, no van por esas rebajas de otoño que nadie compra.
Iesu Communio, Santa María del Sagrado Corazón, las clarisas de Soria, Mater Salvatoris, la Compañía de María de Talavera, las carmelitas «maravillosas»… no tienen nada que ver con eso. Y tal vez por eso rebosan vocaciones.
Lo otro se muere. Y no soy yo quien las mato. Me limito a constatar las defunciones. Aunque ciertamente sin una lágrima. Han querido suicidarse y lo están consiguiendo. Yo ni les administro ni les procuro el veneno. Se bastan y se sobran ellas para encontrarlo y tomárselo. Eso si, con grandes risas. Al menos de cara a la galería. Porque verdaderamente, ¿de qué se reirán? Se entienden las risas ante la primavera. Las de un otoño tan avanzado sólo pueden ser falsas o locas.
Algún tiempo llamé a estas exposiciones fotográficas pasarela del adefesio. Lectores de delicado estómago me dijeron que no era caritativo. Tal vez tuvieran razón en lo de caritativo. Porque adefesio, vaya si lo son.
