Reconozco que el tema me tiene indignado. Lo que están haciendo a esos frailes supera las cotas más altas que se puedan imaginar de indignidad. El comisario staliniano que Matapelo y Chámame Pepe les han impuesto ahora les secuestra. Y pide a los obispos que no acojan a ninguno que quiera abandonar la congregación. Seguramente para evitar una desbandada general porque los frailes no aguantan ni al sicario ni al sicario del sicario.
http://fratresinunum.com/2014/11/17/franciscanos-da-imaculada-cuidado-com-os-desertores/
Lo que allí está ocurriendo es como para que alguno del repugnante cuarteto: Avis, Carballo, Volpi y Bruno se areva a hablar de derechos humanos. Que parece ser que los FFI no tienen. Todo religioso que por los motivos que sean no se encuentra a gusto en su orden o congregación tiene abiertas las puertas para pasar a una diócesis como sacerdote secular. Los FFI no. Además de no poder celebrar los que quieran por el modo extraordinario y aguantar a dos, o cuatro, impresentables dedicados a hacerles la vida imposible, se ven además obligados a aguantar esa situación sin posibilidad de abandonarla eclesialmente. Una repetición, ¡en el siglo XXI!, de la tristísima situación de los siervos de la gleba adscritos de por vida a una tierra que no podían abandonar. Eso es una vergüenza y una canallada. Y el canalla se llama Fidencio, tócate las narices, Volpi. Y es fraile. Nombrado por un cardenal y un arzobispo también fraile.
Nada sabemos de los gravísimos pecados de esos frailes merecedores de tan miserable intervención. Es más, suponemos que no hay nada grave pues, si lo hubiere, lo habrían puesto de manifiesto los cuatro mosqueteros de la vergüenza y la ignominia. Por donde quiera que vayan arrastrarán unos nombres manchados por la indignidad.
