Me sorprendió que en las elecciones para presidente de la Conferencia Episcopal Española el obispo de Calahorra-Logroño-La Calzada hubiera tenido un voto. Otro obspo votó en blanco. Como si ninguno de sus hermanos mereciera llegar a la presidencia. ¿Errores? ¿Cosas de frikylandia qué entre obispos también puede haber frikys? ¿Ganas de armar lío? Vayan ustedes a saber. Que entre obispos puede pasar de todo.
Ya mi asombro llegó al pasmo cuando monseñor Omella tuvo dos votos para la presidencia. Uno persistía y otro se contagió al parecer. Seguí sin entenderlo.
Hoy me encuentro con que José Manuel Vidal, equivocado muchas veces por sus fobias pero sin duda en la pomada de la información religiosa y con altos contactos, lanza la posibilidad de que pudiera ser el próximo arzobispo de Madrid. Y ya me parece mucho Omella para estos dos días.
Ya para rematar el asunto un monseñor vaticano y amigo me dice que por la Ciudad Eterna ha oído tambien esa posibilidad. De labios de un monje español y de Marini el malo. Con quien se encontró sucesivamente en estos días. Y que ambos piensan que le habían vendido muy bien su candidatura al Papa Francisco.
Pues me parece mucho Omella en tan poco tiempo. para no creer en una maniobra de quien es fácil suponer y que está moviendo los hilos para lograr ya después de muerto en el episcopado activo una victoria clamorosa. Ay si todos los obispos fueran tan activos como lo es éste en días ya terminales.
Monseñor Omella fue un cura aragonés progre y contestatario. Que se manifestó incluso contra su arzobispo, entonces Pedro Cantero. En 1996, con cincuenta años, su valedor, el Yanero Solitario, le consige la mitra como auxiliar suyo. Tenía cincuenta años. Mala recomendación tanto el curriculum como el protectorado. En 1999 su valedor le logra ya un obispado propio. El de Barbastro-Monzón. -Donde lo hizo francamente bien. Con la carga adicional de la administración apostólica de Huesca y de Jaca. La primera arrasada por su anterior obispo, Osés, y la segunda en mal estado. De ahí pasó en 2004 a la diócesis riojana en la que están encantados con él. .¿Conserva resabios de su juventud? No lo sé. Manifestarlos no los manifiesta. No tenf¡go nada contra su persona como posible arzobispo de Madrid. Hasta es probable que lo hiciera muy bien. A mí el que me repele es el Yanero. Y me preocupan sus recomendaciones.
¿Habrá algo de verdad en lo que ya se está diciendo del mejor ejemplo de las pilas Duracel. ¿Esas que duran, duran y duran? ¿Y que, sin veleidades falangistas, es también inasequible al desaliento? Dios dirá. O el papa Francisco. Si monseñor Omella viniera de arobispo de Madrid no me iba a encontrar con la escopeta cargada. El que es un problema no es el obispo de Calahorra-Logroño sino el emérito de Zaragoza. Si esto es cosa suya, como otras que se le adjudican, con razón o sin ella, el palmero sería nefasto antes del parto, en el parto y después del parto. Quietecito y en su casa, rezando por la Iglesia española, a la que dejó malherida, estaría mucho más guapo. Venga a Madrid, monseñor Omella, si tiene que venir, por méritos propios, que le sobran, y no por maniobras de tan dudos y fracasado valedor. Que ha dekado a su archidiócesis cesaraugustana como unos zorros. .