Tengo un pésimo concepto de la ministro Mato. La que no se enteraba de los coches de alta gama que aparecían en su garaje. Ni de quien pagaba las fiestas de sus hijos. Para mí está al nivel de las Pajines y las Aídos de tiempos pasados. Ahora no le ha quedado más remedio que enterarse de que el ébola se le ha contagiado en España. Y en su incumbencia.
Rajoy, en algo que es psicológicamente comprensible, ha querido rodearse en su Gobierno de notorias nulidades que no pudieran hacerle sombra. Y para ello ha tenido que poner el listón muy bajo. Y con ello entró Doña Ana. A la que me da la impresión de que en estos días se las van a hacer pasar canutas.
¿Por qué traigo a esta cuota y al ébola al Blog si parecen temas ajenos a los eclesiales? Pues porque en este populismo, mal hecho y todavía peor vendido, del PP la Iglesia ha tenido un protagonismo en las personas de dos hermanos de San Juan de Dios que contrajeron el ébola en África y murieron es España. Alguien vendió al Gobierno que el traslado a España de un hermano de San Juan de Dios que había contraídoen África la maldite enfermedad podrís ser rentable políticamente. ¿Arriola tal vez? ¿Ese, que si es cierta la última encuesta de El País, va a sepultar a Mariano en simas irremontables? Eran los días del descontento católico por la retirada del Anteproyecto de Ley sobre el aborto y había que contentar a esa parte importante del voto del PP: Pues avión medicalizado, propaganda a tope, gastos cuantiosos y el pobre fraile en Madrid donde murió a los pocos días. Fraile-Iglesia-Blog, por eso traigo el tema.
Los que nunca venden nada de lo que hacen eso lo vendieron bien. Rescate de la muerte de un españolito, además fraile, que había dado su vida a los necesitados de una nación de África pero que Rajoy no quiso que les diera su muerte. Que seguramente el misionero es lo que hubiera querido. Pues a España con el moribundo. Que naturalmente se murió enseguida. Y fue a gozar de Dios lo que no pudo gozar de la propaganda del PP. Que ese mata igual a niños no nacidos que a viejos terminales. Como el fraile de San Juan de Dios.
En principio todo había salido bien pese a la muerte. Pero es como si Diosle hubiera tomado ojeriza a Mariano y a los pocos días otro hermano de San Juan de Dios español y con évola. Éste nos va a lavar del fracaso con el anterior, habrá pensado alguno. Y por supuesto, Mariano, avión medicalizado, televisiones a la partida y a la llegada, y a seguir ganándonos a los católicos cabreados con lo del aborto, ahora tenemos a Gallardón de héroe del catolicismo, pasmo sobre pasmo, pero tras la segunda repatriación, ¿Arriola dixit?, ya no habrá católicos que nos nieguen su voto viéndome a mí, Mariano, llevando sobre mis robustos brazos a la humanidad dolorida de la Orden de San Juan de Diós. A mí no me la dieron con queso ni con alioli pero siempre hay gentes que pican. Y no pocas porque están desendo picar. Pues también se les muere, en días, el segundo fraile. Dejando a todos con perdigón en el ala y a la ministro de Sanidad incluso en los ovarios. Aunque no se hubiara enterado de nada y ni siquiera llegara a decir sí porque es posible que ni se lo preguntaran. Que para eso están los ministros florero.
Y da la impresión de que Dios sigue vengándose de Marianico el Corto, o el Largo, lo que ustedes quieran. No sólo se le mueren los dos frailes, traídos absurdamente a un elevado coste, sino que se le contagia una auxiliar de enfermería qiue nos va a tener un tiempo preocupadísimos con la evolución de su enferemedad. Qué Dios quiera termine bien.Ya no entro en que difícil le sera justificar a Mariano y sus boys, en el caso de la Mato también sus girls, que no se envíe a Groenlandia otro avión si un español sufre allí un infarto o a las Seycheles si otro tiene un episodio severo de ictus cerebral. Con lo que el cuasi inexistente presupuesto de Defensa se irá en buena parte en obras de la hermanitas de los Ancianos Desamparados o de Hijas de la Caridad,
Dejen a los misioneros morir tranquilos donde ellos eligieron seguir a Cristo en la Cruz. Si hay algún caso especial, en el que se le pueda salvar la vida a un compatriota, pónganse los medios precisos según el caso. En esto la Iglesia española no ha pedido nada así que las reclamaciones al maestro armero. Y si es absurdo traerlos porque se morirán igual en África que aquí, pues que se reclamen responsabilidades a quien corresponda. Que corresponden. Seguramente Ana Mato sea inimputable. La responsabilidad en quien la nombró. Pero ella no debería seguir ahí ni un par de horas.
Y ya solo faltaría que culparan a la Iglesia de algo en lo que no ha tenido nada que ver. Ni en el traslado de los enfermos ni en el contagio posterior. Dios quiera que esto no vaya a más y no tengamos muchos más muertos. Si los hubiere, para echar a patadas en ese sitio a la ministro y a su valedor. Y a todos aquellos que hayan propiciado tan demencial e inútil traslado de dos religiosos ejemplares en su entrega. Hasta ahí lo que es de la iglesia. Todo lo demás del Partido Popular.
