El Papa ha procedido a confirmar o nombrar nuevos miembros para un quinquenio en la Comisión Teológica Internacional. Entre ellos dos españoles, Javier Prades y el jesuita Gabino Uribarri.
Sin hacer de menos, o de más, al jesuita, cuyas ideas desconozco, la presencia de Prades me parece excelente. Decano de la Facultad de Teología de San Dámaso su presencia viene a confirmar ese odio que según algunos tiene el Papa Francisco al cardenal Rouco. Tan desmesurado, el odio, que distingue con ese nombramiento nada menos que a una de las personas más próximas al cardenal y elemento fundamental en lo que ha sido la niña de los ojos del arzobispo de Madrid: San Dámaso.
Ya digo que ignoro los méritos, o los deméritos, caso de que los tuviere, del jesuita Uribarri. Si fueradocente en Comillas, que tampoco lo sé, tal vez el Papa, que también es jesuita, haya querido echar una mano a esa Universidad agonizante en cuanto a los estudios eclesiásticos. Boyantísima en cambio en los civiles.
http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2014/09/23/0666/01476.html
