«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

¿Le preocupa a Arias Cañete el voto de castigo?

http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/6091340/espana/canete-arranca-la-campana-cargando-contra-el-voto-de-castigo-al-pp#.U0o72EYU_IU

Parece que sí. Y cuando le preocupa es que tiene datos que no le gustan. Porque en otrpo caso no hablaría de ello.

Pues yo voy a castugar al PP. Y por lo que sé en mi familia también unos cuantos. 

¿Por qué hablo de eso en el Blog al que quiero alejado de la política? Pues porque si quiera castigar al PP es por el castigo que él hace a mis sentimientos católicos. Y si otros muchos católicos, habituales votantes del Partido Popular, le hicieran saber en las urnas también su enfado pues igual se daban cuenta de que les puede resultar desagradable tenernos permanentemente enfadados.

Y esta es una ocasión de oro para hacérselo saber. Porque nos jugamos poquísimo. Que haya cinco diputados menos del PP en el Parlamento Europeo es igual. Pero ¡vaya si se iban a dar cuenta de la advertencia!

Puedo entender a aquellos católicos que, antes de que llegue al Gobierno el socialismo, votan al Partido Popular aunque con la mano en la nariz. Creo que es una equivocación tener el voto cautivo en algo que no es nada bueno. Aunque pueda ser un poco menos malo que lo otro. Ni siquiera mucho. Mas ya digo que puedo entender ese error. Pero ahora no es el caso. Como tampoco lo sería en unas autonómicas y municipales.

Estaba seguro de que la Ley Gallardón sobre el aborto no pasaba de un engañabobos para recuperar a católicos que se iban. Y también de un engañaobispos. Que a veces coinciden con los bobos. De aquello inicial, que no era bueno pero sí menos malo que lo anterior, por lo que hasta cabría apoyarlo, ¿qué queda? Claudicaciones numerosas, oposición de figuras destacadas del mismo partido, posposición ad kalendas graecas, prácticamente nada.

¿Que puede hacer un católico ante esta situación? Mi análisis sólo me compromete a mí y nadie tiene que compartirlo. Sois vosotros quienes tenéis que decidir. Es vuestra conciencia la que debe comprometerse. Ante Dios y ante la urna.

Se puede no ir a votar. Con toda legitimidad si alguno piensa que lo mejor que puede hacer, para la Iglesia y para la Patria, es abstenerse de participar en las elecciones. Los obispos, reiteradamente, recomiendan la participación activa. Depositando el voto. Creo que es un error episcopal. Cierto que el desentenderse de loss problemas que afectan a la sociedad no debe ser una actitud de los católicos pero no es desentendimiento el de aquel que en conciencia cree que no debe participar por motivos serios. No por la comodidad de quedarse en casa o irse al campo. Las abstenciones se contabilizan, ciertamente, y hasta pueden dejar herida la consulta electoral. Pero nada más. Lo que va a contar son los votos que se reciban, no las abstenciones.

Mucho más inútil todavía es el voto en blanco o nulo. El primero es una estupidez que además logra escasísimo número. Para eso uno se queda en casa. Del voto nulo se puede decir casi lo mismo. En algún caso teórico cabría considerarlo. Si un partido se empeña en proponer un candidato especialmente odioso para los votantes, tachar su nombre, siempre que se hiciera por muchos, podría ser una lección al partido. Pero estamos ante un caso teórico sin incidencia práctica. Que trescientas personas tachen el nombre de quien encabeza la lista o cinco el del que ocupa el octavo puesto no conduce a nada. Y pintorescas declaraciones: ¡Vivan los antidisturbios!, ¡Abajo la monarquía!, ¡Todos son unos corruptos!   ¡La madre que os parió!… pues qué queréis que os diga. No pocos se lo debían hacer mirar por un profesional.

Luego está el voto a un partido determinado que es el verdaderamente importante. El que se va a llevar el gato al agua. Hay partidos a los que votarles un católico indica que a esa persona la religión no inporta nada en su vida o que la debilidad de sus neuronas es incapaz de entender su propia incongruencia. A esos es casi inútil decirles nada. El que vota al «partido de los pobres», de los pobres votantes porque sus dirigentes aborrecen la pobreza, véanse si no los que se han lucrado, ¡y cómo!, de los ERES, no sirve de nada llamarles a un raciocinio del que es incapaz su entendimiento.

Hay otros partidos, pienso concretamente en dos, que sostienen abiertamente algo que es muy querido para un número importante de votantes: la unidad de España. Incluso de un modo más claro que el PP y el PSOE. Pero a los que el catolicismo y sus principios les son totalmente extraños. Uno de ellos con declarada animadversión, el otro con más prudencia, que es de agradecer. Respecto a un tema que en mi opinión es fundamental, el aborto, están en la misma línea que el PSOE. Que en la práctica, hasta el momento, y un momento que parece muy duradero, es la misma que la del PP.

Quedan por último dos partidos que por el programa no chocan con el sentimiento católico. Uno, desde el primer momento de su aparición, al otro le costó más declararse pero al final lo ha hecho. Es posible que haya alguno más sobre el papel pero son de esos a quienes no les votan ni las madres de los que van en la lista. Pienso que a esos dos apunta Arias Cañete cuando se preocupa por el voto de castigo. De castigo católico. Aunque haya personas que también piensen castigar al PP por motivos económicos, laborales, patrióticos…

Tengo clarísimo que mis lectores tienen un nivel de raciocinio muy superior a la media. No pretendo darles ninguna receta pues sería inútil por mi parte. Incluso la recomendación de que voten en conciencia. Que seguro estoy es lo que hace la inmensa mayoría de quienes visitan la torre de esta cigüeña. Sólo les llamo a que consideren si en esta ocasión  convendría, desde los sentimientos católicos, castigar al PP. Por ver si entiende, de una vez, que el voto de los católicos es más importante que el de Celia Villalobos.

¿Qué voy a hacer yo? Ya sé que el voto es secreto y que nadie tiene obligación de declararlo. Pero puede hacerlo si quiere. En esta ocasión me encuentro con dos partidos a los que podría votar sin repugnancia. No sé si llegarán a obtener el número de votos necesario para lograr algún diputado en Europa. Tampoco estamos en campaña electoral y no reclamo el voto para ninguno de ellos. De los votantes depende. Creo, puedo estar equivocado, que uno parte con más perspectivas de posible éxito que el otro. Me gustaría que lo tuvieran ambos. Personalmente siempre tuve debilidad por los más pobres.

Creo que con lo dicho sustancialmente sigo manteniendo al Blog al margen de la política. No son sus principios, sino los católicos, quienes han motivado mi reflexión. Aunque me alegra comprobar que Arias Cañete parece preocupado por el voto de castigo.    

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