Tras los últimos movimientos, fallecimiento de Azagra e incorporación a la misma de Rouco y Rubio, tenemos a treinta y un obispos eméritos. Hay diócesis que tienen dos, Madrid (Rouco e Iniesta), Gerona (Camprodón y Soler), Toledo (Álvarez y Borobia), Zaragoza (Yanes y Ureña), San Sebastían (Setién y Uriarte), Málaga (Buxarrais y Dorado), Segovia (Gutiérrez y Rubio) y Orihuela-Alicante (Oliver y Palmero). Con un obispo emérito están Tenerife (Iguacén), la castrense (Estepa), Oviedo (Díaz Merchán), Ciudad Real (Torija), Mérida-Badajoz (Montero), Mondoñedo-Ferrol (Gea), Pamplona (Sebastián), Huelva (Noguer), Tuy-Vigo (Diéguez), Solsona (Traserra), Sevilla (Amigo), Sigüenza-Guadalajara (Sánchez), Palencia (Castellanos), Cádiz (Ceballos) y Lérida (Ciuraneta)
Los diez más ancianos son Iguacén (98 años), Iniesta (91), el cardenal Álvarez Martínez (89), , el cardenal Estepa (88), Díaz Merchán (88), Camprodón (87), Torija (87), Yanes (86), Setién (86) y Montero ( 86). Los diez más jóvenes son Ureña (69), Ciuraneta (74), Rubio (75), Rouco (78), Palmero (78), Borobia (79), Ceballos (79), Castellanos (79), Sánchez (80) y Amigo (80).
La nómina de los eméritos se va a incrementar notablemente, cuestión de días o pocos meses, con bastantes nombre más. Sistach (Barcelona), Milián (Barbastro-Monzón), Lérida (Piris), Vitoria (Asurmendi), Burgos (Gil Hellín), Mérida-Badajoz (García Aracil) y Astorga (Lorenzo). Y hasta es posible que con alguna sorpresa de última hora. Y ya en lista de espera pero con un plazo que no creo llegue a los dos años, Jaén (del Hoyo) y Ciudad Real (Algora). Con lo que nos podemos poner en cuarenta eméritos a nada que la muerte respete a los actuales.
Y sobre los eméritos una consideración: No es normal que una vez aceptada la renuncia desaparezcan del mundo como si no hubieran existido. Salvo casos contadísimos, Don Damián, Yanes por sus intrigas, Uriarte, que mejor estaría desaparecido, Sebastián, Amigo y Castellanos, los demás como si los hubieran abducido los extraterrestres. ¿Los habrán abducido?
Para ilustrar el artículo pongo la fotografía del decano, Don Damián Iguacén, hombre bueno y obispo bueno donde los haya.
