Con motivo de la elección del nuevo rector mayor de los salesianos, por primera vez un español, la publicación de una fotografía del personaje, de riguroso paisano, ha levantado los comentarios habituales de algunos lectores de piñón fijo. Excluyo en lo del piñón a alguno que simplemente nos ha hecho llegar otra fotografía en la que aparece de clergyman. Cosa que es de agradecer. Digo lo del envío de la fotografía. Porque que un religioso de Pascuas a Ramos se ponga un clergyman no es como para echar cohetes.
Al personaje de ahora en adelante se le va a ver más con la blanca doble. Con lo que los argumentos, por llamarles algo, de los defensores del aseglaramiento quedan muy tocados. Si como rector mayor él mismo piensa que se debe ir de clergyman no se entiende que como provincial o como simple sacerdote salesiano se deba ir de paisano. Y, además, parecería que los miembros de la congregación deberían imitar en el vestir a quien han elegido para presidirles.
Pero lo del atuendo no es lo peor, siendo malo, de este religioso. Hay dos cosas que me parecen especialmente graves, mucho más que el camuflaje de paisano. La primera, gravísima, es el haber dado su firma en solidaridad con Torres Queiruga cuando éste fue seriamente desautorizado por el episcopado español por sus tesis teológicas. Con una triple agravante. Mostrar que su pensamiento no es el de la Iglesia, enfrentarse abiertamente a la jerarquía eclesiástica y hacerlo desde un cargo relevante de la congregación. Toda una joya el muchachito.
La segunda es que los salesianos han elegido para rector mayor a un español siendo España uno de los lugares en los que la congregación salesiana está cayendo en picado. En nuestro país, con lo que fueron de extraordinarios, hoy, con las excepciones que se quieran, que además son pocas, son una desgracia. Mundanizados, sin vocaciones, algunos incluso protagonizando escándalos en los medios, con colegios en los que lo católico no pasa del nombre…
Por todo ello creo que han hecho una pésima elección de superior general que no sólo no va a rectificar nada en la carrera hacia el abismo sino que la va a acelerar.
Elección pues lamentabilísima y que augura los más negros mañanas.
No me mueve a decir esto el menor odio a los salesianos. Tengo a San Juan Bosco por un santo grandísimo, de los más atractivos de nuestra Iglesia. Reconozco que sus hijos hicieron un trabajo admirable en la educación católica de la juventud, mucho tiempo las iglesias salesianas fueron centros admirables de vida religiosa. Viví mi niñez y parte de mi juventud muy cerca de uno de esos templos y lo frecuenté muchísimo. ¡Quien lo ha vistro y quién lo ve! Tiraron todo por la borda y ahora se encuentran con que apenas les queda nada. Poco más que la imagen de María Auxiliadora que todavía es venerada por mucha gente pero que cada vez tiene más años.
No en todos los lugares están los salesianos tan mal como en España. Hay algunas excepciones. Polonia es una de ellas. Pero ¿con ese rector mayor podrá sobrevivir? Os enlazo, como homenaje a lo que fueron en el mundo los salesianos, imágenes de lo que todavía son en algún sitio. ¿Por cuánto tiempo? Pienso, Dios quiera que me equivoque, que con ese rector mayor no será mucho. Y fíjense ustedes, salesianos así, así de raros, así de antiguos, así de… salesianos, tienen vocaciones. Los del estilo del nuevo rector mayor apenas ninguna.