«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Otro marrón a otro obispo. Esto no puede seguir así

En Málaga se ha pronunciado un pregón de Semana Santa tan impresentable, tan inverosímil, que no se entiende como se puede llegar en la Iglesia a cosas así. Los obispos tienen sembradas sus diócesis de dinamitadores o de imbéciles. Y los que quedan en evidencia son ellos.

Estoy convencido de que el obispo de Málaga no tenía ni idea de las ideas de ese pregonero. Alguien lo propuso y pensaría que estaba bien propuesto. Y no lo estaba. Su pregón fue una clara negación de la moral de la Iglesia. Hasta extremos inconcebibles.

http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=20422

Quiero suponer el enfado del obispo ante ese escándalo que hoy es comidilla en todo Málaga. Pero en mi opinión el disgusto episcopal, que doy por hecho, me parece muy insuficiente. Creo que debe desutorizar el pregón y destituir a la persona o personas que hayan recomendado a tal pregonero por falta de confianza en ellos.

Acabo de acudir a la web diocesana por si se hubiera producido alguna protesta del obispado. Nada de nada, al menos de momento. Y hasta es posible que nunca. No vaya alguien a pensar que el obispo actúa por picotazos cigüeñiles. Estoy seguro de que en el obispado hay quien piensa que el malo de la película soy yo y no el joven que pronunció el pregón o quienes propusieron a tal individuo para semejante tarea incomprensible en Semana Santa, en Adviento, en el tiempo ordinario y hasta en las témporas. Porque ha sido una vergüenza y un escándalo.

Vergüenza que mancha a la diócesis, al mundo cofrade y al mismo obispo.

No pueden estar nuestros pastores permanentemente en los medios por sucesos escandalosos. Tienen que asumir de una vez que más vale ponerse una vez colorado que cien amarillo. Y los errores graves, éste lo ha sido descomunal, tienen que ser corregidos y evitar que se repitan. Porque si no se hace nada, se repetirán. Con grave descrédito para la Iglesia.  Y para el obispo.

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