Os enlazo una intervención del obispo de San Sebastián en la Televisión vasca. Yo con los obispos he experimentado un cambio notable. Hubo unos años en los que casi todos me parecían malos. Hoy casi todos me parecen buenos. Y lo más curioso es que yo no he cambiado.
Creo que debo precisar algo más. Cuando hablo de una época en la que digo que casi todos me parecían malos añadiría que muchos de ellos me parecían pésimos. Ahora en lo de buenos incluyo a los simplemente aceptables. Buenos, buenos. como treinta. Y óptimos, una docena. Pues no está mal.
El obispo de San Sebastián en mi opinión es de los mejores. Y la entrevista que le hicieron, nada fácil por cierto, y tampoco muy amistosa, me confirma más en mi opinión. Vale la pena verla.
https://www.youtube.com/watch?v=0AFDhrxEHhU
Y tened en cuenta que eso lo dice un obispo de una de las diócesis más arrasadas de España. Tengo el mejor de los conceptos del obispo de Ávila, de Córdoba, de Osma-Soria, de Guadix, de Alcalá… Creo que lo están haciendo de diez pero en diócesis más pastueñas. Su labor es de Gran Cruz de Isabel la Católica. La de Munila, como la de Iceta en Bilbao, de Laureada de San Fernando.
Ha estado que mejor imposible. Para haberle escuchado horas. Esa es la voz de la Iglesia. Sólo me permitiría una pequeña puntualización al tema de los desahucios. En el que creo que no se debe generalizar. Sin problemas en lo que dijo de los Bancos, ademas rescatados con el dinero de todos. Pero hay otros que son de elemental justicia. Pensemos en la viuda a la que le quedó una pensión de ochocientos euros y un piso, además del suyo, que tenía alquilado y cuyo inquilino, no por caradura sino por necesidad, ha dejado de pagar los seiscientos euros de alquiler. Pues ya me dirán ustedes si esa persona es una miserable capitalista por desahuciar a la familia ocupante de su vivienda. Y esos casos se dan. Además tiene que seguir pagando los impuestos del piso y hasta los gastos comunes. No todo desahucio es injusto aunque casi todos sean dolorosos. Pero esto es una observación marginal que nada resta a una extraordinaria entrevista. Extraordinaria por parte del entrevistado.
