El obispo de Málaga, Don Jesús Catalá, es actualidad permanente en los medios. Con lo que a él le molesta. Ayer un cofrade pregonero, hoy los colegios «católicos» a los que acudió en visita pastoral y siempre la prensa enredando.
Es un obispo de buena cabeza, recta doctrina y pocas explicaciones. De carácter introvertido lo refugia tras un muro difícil de franquear que le da un aire antipático y distante. Manda, vaya si manda, pero mucho más desde el temor que desde el diálogo. A ver si me explico. Porque mandar no manda pero todos o casi todos le obedecen sin mandar. Pprque saben lo que le disgusta y a ver quien tiene bemoles para disgustarle. Es más, posiblemente quien le disguste no oirá del obispo una palabra de reconvención, basta una mirada aniquiladora y un gesto desabrido. Y el disgustante, aterrado.
Llegó a una diócesis arrasada por unos antecesores penosos. En la que no cambió nada. Y sin embargo la diócesis cambió mucho. A mejor. Desgraciadamente no de modo espectacular pero sí apreciable. No voy a juzgar estrategias episcopales y menos si no dan mal resultado. Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena. Y si no es loco, como en el caso, con más motivo. Conmigo pincha en hueso porque soy seglar, no soy diocesano suyo, no me asustan nada los obispos y menos sus miradas, y digo lo que me da la gana. Pues desde esas premisas afirmo que me parece un buen obispo, aunque no sea querido, un esfuercillo suyo en mejorar la imagen no le vendría nada mal, y estoy convencido de que pronto será llamado a más altos destinos en la Iglesia hispana. Hasta se habla de que podría suceder a Rouco en Madrid o a Sistach en Barcelona. Cosa que se dice de pocos.
Ahora se la han vuelto a montar por sus palabras a los estudiantes de colegios católicos. A quienes les dijo la doctrina de la Iglesia.
http://www.diariosur.es/v/20140411/malaga/obispo-alerta-ante-adolescentes-20140411.html
Los periodistas suelen ser de ignorancia supina en cuestiones eclesiales y el del periódico malagueño no es una excepción. Basta con leer el artículo. Claramente antiepiscopal. Nadie, a estas alturas de la película, se va a sorprender por ello. Lo verdaderamente sorprendente es que los alumnos de colegios «católicos» respondan de ese modo ante la doctrina de la Iglesia. Porque, ¿qué les enseñan en esos colegios? No es que no les enseñen nada, que ya sería malo, es que además les enseñan contra.
Y bueno será que los obispos se dieran cuenta de una vez de que el enemigo lo tienen en casa. Y si se han dado cuenta hora sería ya de que comenzaran a corregir tan suicida situación. Claro que lo cómodo es decir que el enemigo soy yo. Con lo que además van a tener de su parte a todos esos enemigos de la Iglesia. Pero eso no resuelve nada.
Hoy el episcopado es una corona de espinas. Pero ya está dicho que el discípulo no va a ser de mejor condición que el Maestro. Y no es Don Jesús Catalá persona que se amilane ante contratiempos. Pero en días en los que sobran los que vienen de fuera me parece de locos que abunden tanto los de casa. Vengan de cofradías, de colegios católicos, de curas o de monjas. O de colectivos de gays y lesbianas que se dicen católicos.
Como tengo lectores muy sagaces alguno ha advertido que las fotografías que cuelgo tienen intención. La de hoy, evidentemente, da fe de un artículo totalmente en favor del obispo.