Las religiosas de Jesús-María ha reunificado sus dos provincias españolas en una sola. y con ese motivo nos exponen su programa de vida. En el que no está Dios. Al menos de modo expreso. Habrá que ir a una segunda derivada para encontrarle.
Esto es lo que pretenden. Y lo escriben con mayúsculas, para darle más énfasis:
VIVIR EL PERDÓN,LA RECONCILIACIÓN Y LA SANACIÓN
DEJARNOS CONMOVER COMO CLAUDINA POR LAS MISERIAS DE NUESTRO TIEMPO
UN MODO DE VIDA COMPROMETIDO CON LA JUSTICIA, LA PAZ Y LA INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN
http://www.revistaecclesia.com/reestructuracion-de-la-unica-provincia-de-la-congregacion-de-las-religiosas-de-jesus-maria/
Se comprende que el ausente no manifieste su presencia con nuevas vocaciones. Con lo que es una congregación más que agoniza.
En 1973 era 2.426 y tenían 154 casas. El 1 de enero de 2013 apenas quedaban ya 1.341 pero habían aumentado mucho sus casas: 187. Son más de mil menos, mucho más viejas y con más casas. Con lo que tocan a 7 religiosas por casa pero teniendo en cuenta que las de retiro de las más ancianas deben estar abarrotadas habrá unas cuantas que tendrán dos o tres religiosas.
En muy poco tiempo serán ya menos de mil y con dos terceras partes de la congregación no aptas para el servicio. Pues ya que la sanación dicen que es una de sus prioridades podrían comenzar por sanarse ellas porque su situación es ya terminal. En veinte años han desaparecido. Los especuladores inmobiliarios supongo que ya le habrán echado el ojo al colegio de Juan Bravo. Pocos espacios más golosos habrá en Madrid.
Aparte las memeces de este lenguaje absurdo que ni ellas mismas entienden y en el que la sanación y el comprometerse en la integridad de la creación son quiza las estupideces más relevantes tampoco debemos dejar pasar lo conmovidas que están, como Claudina, por todas las miserias que contemplarán todos los días en su espléndido colegio del Barrio de Salamanca. Donde la miseria impera más que en ningún otro lugar de Madrid. Pero ellas conmovidísimas al contemplar a esas alumnas de tan bajísimo nivel, tan pobres, que sus padres las llevan al colegio en audis, mercedes, BMWs que conmueven por su miseria a todos los viandantes y que más de uno de los que por allí pasaban les ha dado un euro de limosna.
Yo, como Claudina, también me he conmovido ante la estupidez de sus hijas de hoy.