«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu

De las campanadas chabacanas en TVE al silencio de las autoridades británicas tras la violación de al menos 1.400 niñas

Lalachus durante la retransmisión de las campanadas. Red Social X

2025. Algunos, inocentes, no pensábamos que llegaría este año con Sánchez durmiendo en Moncloa. Esto nos da una medida, por una parte, de que los deseos no siempre coinciden con la realidad y, por otra, que esa realidad es tan tozuda como deprimente. En perspectiva, el socialista sale siempre vivo tras cada crisis, incluso cuando hablamos de cientos de muertos valencianos o de que su esposa, la presidenta, ha sido imputada, como se decía antes. Ya puede hervir X contra él; ya pueden los columnistas resaltar sus fechorías institucionales; ya puede manifestarse un millón en Colón; o Vicente Vallés, Carlos Herrera e Iker Jiménez, ases de la audiencia, sacar a relucir la felonía del personaje. Nada parece conducirnos a una nueva «fiesta de la democracia», perdón la ñoñería, si miramos al horizonte. Y ello me lleva a una conclusión: Sánchez, al igual que Franco, le tiene cogida la medida al español. O, por lo menos, al español que se mueve entre el pasotismo y los inducidos temores del zapaterismo, antes, y del sanchismo, ahora. Para el Ejecutivo es más que suficiente, tiene asegurada una mayoría contra la derecha sumando a exterroristas, independentistas y frikis de la antiespaña.

El año franquista. Así lo anunció el Gobierno, es tiempo de rememorar por todo lo alto al Generalísimo. Siguiendo lo que escribía tres frases más arriba, el socialismo, que más o menos había olvidado el fantasma de Franco durante los mandatos felipistas, lo resucitó cuando Zapatero. Qué genio éste hombre: si el PSOE no podía ya ofrecer casi nada atractivo a una nación modernizada y abierta, había que buscar un buen señuelo, un acicate que movilizara un voto vehemente, alimentado de polarización y odio. O sea, del clásico guerracivilismo hispano. Es ésta una historia sabida y contada mil veces. La posible novedad consiste en democratizar a Franco Bahamonde, integrarlo en el Estado de las Autonomías, sacarlo por la puerta grande entre un sinfín de celebraciones, charletas y exposiciones. Culminará así la relación íntima de la izquierda con el de Ferrol, asunto freudiano, y con suerte podremos al fin los españoles hablar de él sin temor. Mas aquí el socialismo puede haber cometido un error, un gracioso error: iba ya siendo hora de que la sociedad, y no sólo los historiadores, pudiera revisar al personaje, debatir su obra política, superarlo, como trataron de hacer otras naciones respecto a sus viejos timoneles. O lo mismo le salen nostálgicos como setas.

El Prado. El chico Urtasun, ministro de cultura oficial y autorizada, tuvo la ocurrencia de felicitarnos el año nuevo con un video grabado en la magna pinacoteca. Yo pensé que vería a un chamán en pleno ritual, al lado de un retrato de Isabel la Católica; o a un figurante chequista posando alegre frente al Fusilamiento de Torrijos,de Gisbert. Pero no, la protagonista del spot era Ana Belén entonando aquella canción tan cursi, España camisa blanca, compuesta por Víctor Manuel. Visto que el pasado vuelve, no estaba mal el casting. La señora grabó su primer éxito, Eso que tú cantas, en 1964, celebración de los XXV Años de Paz por el régimen; y el cantautor se inspiraba así en la pieza Un gran hombre (1966) sobre el Generalísimo: «Otros vendrán, el camino más limpio hallarán. Deben seguir por la senda que aquél nos marcó. No han de ocultar, hacia el hombre que trajo esta paz, su admiración». Luego, el video posee el tono hilarante, interpretativo y maniqueo de la producción sociata, su guerrilla cultural. Obras maestras y detalles de atrezzo son mostradas para un fin político, apelando a la sensibilidad. Entiendo que el propósito, tal y como anunciado por Urtasun, no es “descolonizar” los museos, sino colonizarlos.

Cutres campanadas. Tampoco hay que sorprenderse, la colonización zurda no conoce fronteras. Las campanadas en la televisión a costa del contribuyente hicieron gala de la esperada chabacanería. Las representaron una mujer insostenible, según el canon alimenticio de la Agenda 2030, y un chaval regado de millones, voz de su amo. Percibí durante el show la voluntad de resultar irreverente, audaz. Pero no podía tomarse en serio, llevamos ya muchos años viendo en medios a activistas de cartón, a rebeldes de pacotilla, como esa rolliza mofándose burdamente del cristianismo. No hay talento ni gracia; y si lo hay está en las catacumbas mediáticas. En otra cadena, privada, aparecía la habitual Pedroche, agotada insurrecta. Feliz año nuevo, nos dicen.

Continuismo. No quiero desanimarme, pero ya hay signos de que el nuevo año será una continuidad del pasado, infame 24 del siglo bobo. Recojo tres noticias: la ciudad de Jaén cae en manos del PSOE después de una presunta condonación de la deuda consistorial por parte de la generosa Chiqui Montero; seguimos con la familia socialista, Salvador Illa coloca en Igualdad a la mujer de Urtasun; y un asunto escalofriante, las autoridades de Rotherham (Reino Unido) silenciaron la violación de al menos 1.400 niñas por parte de musulmanes «para no parecer racistas».

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