«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Un científico ruso vendió 'Novichok a criminales chechenos en los 90

El científico habría recibido 1.800 dólares por la venta de la sustancia.


Un científico ruso que participó en el desarrollo del agente químico «Novichok» -que según Londres se empleó para envenenar al ex espía Serguéi Skripal y su hija- asegura que vendió varias dosis de esta sustancia a criminales chechenos en los años 90.
«Sí, entendí que esa gente se disponía a utilizar esa sustancia contra personas», afirmó el científico, Leonid Rink, según materiales secretos que desvela en su último número el periódico de investigación «Nóvaya Gazeta».
Rink respondía así durante un interrogatorio en el marco de la investigación por el asesinato en 1995, en Moscú, del banquero Iván Kivelidi y su secretaria, envenenados con dicha sustancia, según reveló recientemente el diario «Kommersant».
La instrucción de este caso se prolongó durante varios años -entre 1999 y 2006- y finalmente fue condenado por el suceso un antiguo socio del oligarca.
De acuerdo a los materiales secretos sobre este caso revelados por «Nóvaya Gazeta», Rink, que trabajaba como jefe de laboratorio en una filial del Instituto estatal científico de investigación de química orgánica y tecnología, en la ciudad cerrada de Shiján, figura en el sumario de ese caso y a lo largo de esos años ofreció «interesantes testimonios» sobre dicha sustancia.
En uno de los interrogatorios reconoció que vendió más de un centenar de dosis a grupos criminales chechenos en Moscú, un mes después de la muerte de Kivelidi.
El científico habría recibido 1.800 dólares por la venta de la sustancia, según el rotativo.
En una entrevista hace unos días a la agencia oficial Ria Nóvosti, Rink desmintió a las autoridades rusas, que niegan la existencia de «Novichok», al narrar que participó personalmente en el desarrollo de ese agente químico.
No obstante, descartó que Moscú esté detrás del envenenamiento el pasado 4 de marzo en la ciudad británica de Salisbury de Skripal y su hija, Yulia, pese a las acusaciones del Gobierno británico.
Según el científico, el hecho de que Skripal y su hija estén vivos, pese a encontrarse en estado crítico, solo prueba que no fueron víctimas del «Novichok».
«De momento, todos están vivos. Eso quiere decir que no es el sistema ‘Novichok’ o que este fue muy mal «cocido» y empleado de manera chapucera»,

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