El año 2024 se cerró como el más mortífero desde que hay registros para los inmigrantes ilegales, con al menos 8.938 muertos en las distintas rutas observadas por la Organización Internacional para los Inmigrantes, que ha alertado de una tragedia que es tan «inaceptable» como «prevenible».
El informe publicado este viernes confirma la quinta subida anual consecutiva en este tipo de muertes, después de que en 2023 ya se batiese el anterior récord con 8.747 víctimas mortales. La entidad asume que los datos reales son aún mayores.
Por regiones, Asia encabeza este balance con 2.778 víctimas, si bien el mar Mediterráneo repite como el área más mortífera con un nuevo máximo de 2.452 muertos. En África, tiene constancia de otras 2.242 muertes, mientras que en América pudo verificar otras 1.233, 341 de ellas en el Caribe y 174 en el Tapón del Darién que conecta Colombia y Panamá.
«Detrás de cada número hay un ser humano», ha subrayado el subdirector general de la agencia para Operaciones, Ugochi Daniels, mientras las élites globalistas y las ONG —muchas financiadas por el magnate George Soros— alientan estos movimientos migratorios.