Una nueva ola de violencia contra los cristianos ha sacudido el este de la República Democrática del Congo (RDC), donde los ataques de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo armado vinculado al Estado Islámico en África Central (ISCA), han dejado esta semana más de 50 muertos y numerosos desaparecidos. Estas agresiones, dirigidas contra comunidades cristianas han generado un importante desplazamiento de pobladores que buscan refugio en localidades más seguras.
El grupo Estado Islámico en África Central, al que las ADF juraron lealtad en 2019, se atribuyó la autoría de los ataques a través de varios comunicados en sus canales de propaganda. En estos mensajes, aseguraron que el asalto a la aldea de Makoko dejó 41 muertos y 11 secuestrados, mientras que un segundo ataque en aldeas cercanas terminó con la muerte de 12 personas y el secuestro de otras tantas.
Los hechos han ocurrido en la provincia de Kivu Norte, una región históricamente afectada por la actividad de grupos armados. Según fuentes locales citadas por Radio Okapi, al menos 32 personas fueron asesinadas con machetes en la ciudad de Muhangi y sus alrededores. En Makoko, situada en las cercanías, los terroristas acabaron con la vida de un líder local en la aldea de Mapanga. El coronel Kiwewa Mitela, administrador del territorio de Lubero, confirmó un balance inicial de diez muertos en esta área.
La brutalidad de estos ataques ha desatado un éxodo de cientos de personas, principalmente cristianos, que buscan protección en ciudades como Butembo.